Estudios Bíblicos para Adultos – El Escenario más grande en el Mundo
Mi nombre es Gonzalo Cortez, todos me conocen por Gonza. Soy de Mendoza, Argentina. He tenido el agrado de criarme bajo la cobertura de Dios. Tengo 30 años, mi familia hoy por hoy es mi mamá, mi papá falleció hace 7 años, mi hermano mayor vive en Bahía, Brasil y no tenemos mucha comunicación. Lamentablemente, en el año 2001 nos tuvimos que mudar a Estados Unidos porque en Argentina nos quedamos sin casa ya que mi papá presto la firma y puso de garantía la casa y obviamente la persona a quien le presto la firma nunca pago las cuentas del banco.
Cuando llegamos a Estados Unidos fue cuando las cosas en mi casa se empezaron a complicar, mis papás empezaron a discutir porque mi papá no sabía administrar el dinero y gastaba mas de lo que ingresaba. Mi mama tras un gran sacrificio pudo comprar nuevamente la casa que perdió mi padre. Mi mamá se enfermó en Estados Unidos de artritis reumatoidea, osteoporosis, entre otras complicaciones médicas. El clima jamás le acento bien, por eso tras muchas peleas y desacuerdos con mi papá por no querer entregarse de corazón al Señor, mi mamá decidió volver sola a Mendoza, yo estaba en el último año de la secundaria. En Estados Unidos, serví en mi iglesia por los 10 años que estuve en el país.
A principio del año 2009 decidí volver al país para ayudar a mi mamá. El tiempo pasaba y yo no quería ver como Dios nos bendecía, tal vez era porque dentro de mí tenia mucho rencor con mi padre por todo lo que paso a causa de sus errores. Así fue que empecé muchos tratamientos con diferentes profesionales, psicólogos y demás. Dios nunca se aparto de nosotros, el rebelde siempre fui yo. Dios siempre me mostro que yo era un elegido de él pero el que tenia que dar el paso de fe era yo. Siempre tuve trabajos increíbles, con todas las prestaciones, trabajos en los libros, trabajos donde me permitían estudiar y trabajar. Pero desafortunadamente, las cosas cambiaron y esa empresa cambia de gerencia y fue ahí donde las cosas cambiaron y nuevamente caí en asistencia psicológica por estrés laboral. Fue entonces donde yo empecé a buscar a Dios mas que antes, oraba de otra forma. Quede sin un peso, trabajaba en un Delivery de comida, pero aun así el dinero no me alcanzaba para llegar a fin de mes. El Señor a fin del año pasado me respondió de una forma inexplicable, mi vida dio un cambio extremo de no tener un peso para llegar a fin de mes, Dios me bendijo con un trabajo en el crucero mas grande del mundo.
Esta vez me tenia que mudar por 8 meses a Miami, desafortunadamente, mi contrato se vio afectado por Covid-19. Cuando todos estaban asustados por la situación que se estaba viviendo a bordo del crucero fue ahí donde el Señor me confirmo porque me eligió. Fui uno de los pocos que quedo en el grupo de guardia sirviendo a mis compañeros tripulantes. Todos se preguntaban como hacia para todos los días estar con una sonrisa de oreja a oreja, era simple Dios me daba paz y seguridad. Fue ahí donde sentí que mi llamado es a trabajar con jóvenes, ayudándolos y guiándolos al Señor. Gracias a Dios siempre he tenido mucha facilidad para expresarme en publico y para hablar ante mucha gente. Es por eso que un amigo me dijo del instituto con estudios bíblicos para adultos y decidí inscribirme y empezar a capacitarme para poder servir al Señor al 100%, utilizar al máximo cada talento que el me ha regalado y poder contagiar a otros con lo que Dios a hecho y esta haciendo contestemente en mi vida.
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