Hola soy de la la ciudad de México eramos católicos, a los 17 años me compartieron de Jesús, lo acepte pero no me congregué, seguí mi vida en el mundo, me caso a los 23 años, mi esposo tomaba, yo deje de hacerlo cuando me embaracé, era pesado pues estudiaba medicina y no sentía su apoyo, cuando termine de estudiar a mi hija le diagnosticaron acidosis tubular renal y no crecía. No tenía trabajo y caí en depresión y pornografía. Un día en el hospital donde trabajaba la mamá de un paciente me compartió de Jesús y me dijo que El sanaría a mi hija. En mi casa fue la primera vez que me hinque y le pedí a Dios con todo mi corazón que sanara a mi hija y así lo hizo, sin ningún medicamento la sano, pero aún yo no iba a la iglesia. Hasta que caí en desesperación, le pedí a Dios que me guiara a una iglesia y llegue a comunidad VID donde hasta la fecha estoy. Mi esposo no iba, seguía tomando, pero aun con esto mi matrimonio fue restaurándose, porque sé que Dios estaba ahí para ayudarnos y yo iba siendo transformada poco a poco. Creo que la lucha más grande ha sido mi ego. Enfermé de pancreatitis, estuve en terapia intensiva muy grave, ahí también entre a una terapia intensiva espiritual, no podía mantenerme despierta yo pensaba que iba a morir ya no tenía fuerzas, no podía orar, así que solo adoraba a Dios en los pocos momentos lucidos que tenía. Me acorde de mi hija y solo le decía a Dios sáname, sáname por favor quiero ver a mi hija, ahí lo vi, sé que fue a visitarme, me vi tirada en el piso, vi sus huarachitos y su mirada tan profunda, corrió a levantarme y me dijo «tu eres mi hija amada, siempre te he amado y siempre te amare y hoy te levanto con mi mano derecha (Isaías 41:13) y me abrazó, pude sentir su cabello, su olor, escuche su respiración y el latir de su corazón, al otro día llego el doctor , me realizo una tomografía y me dijo que ya estaba sana. Estuve otras 3 semanas en el hospital y ahí hablaba de mi amado Jesús y por su gracia empecé a profetizar. De ahí me dijo que yo iba a ser pastora, pero yo no quería serlo, porque yo veía a mi pastora y la veía muy entregada y veía como sufría, pero ella enfermó de cáncer y en ese proceso empezó un amor en mi por ayudar a las mujeres así como ella lo hacía. Jesús me dijo otra vez, me la voy a llevar, ya es tiempo y así fue. Después de la pandemia me ungen como pastora y oigo que Dios me dijo, ves, ya eres pastora, solo empecé a llorar y a pedirle perdón y aquí estoy, ya no hay vanidad, ni orgullo en mí, ahora le sirvo con todo mi corazón en la iglesia y en misiones a la sierra de Oaxaca. Toda mi familia va a la iglesia, entre ellos mi esposo, los 2 servimos a Dios, tengo otra hija de10 años. Orando a Dios le dije yo no estoy preparada para ser tu pastora, necesito aprender más porque a pesar de tomar los cursos en la iglesia siento que necesito algo más formal y también le pedí que si podría ser económica o gratuita porque tengo muchos gastos y aparece la página de líderes cristianos, se la mostré a mi pastor y ya la compartí con varios miembros de la iglesia, nos ha sorprendido que es gratuita. Estoy feliz por estudiar y agradecida con ustedes y con Dios.