Caminando con Jesús
Caminando con Jesús

Caminando con Jesús

Comienzo caminando con Jesús alrededor de los 17 años cuando un amigo de la cuadra de mi barrio me invita a una de estas reuniones de jóvenes de una iglesia cristiana. Este primer acercamiento me pareció extraño, pero al asistir a varias de estas reuniones mi interés por asistir se hacía más profundo. No nací en cuna cristina pues mis padres no son cristinos, esto hizo que mi caminar con Jesús al principio fuera más difícil. Luego al graduarme del colegio ingresar a prestar el servicio militar obligatorio me aparte, luego ingrese a estudiar mi educación superior y los afanes de la vida me apartaron aún más de los caminos del señor. Pero algo en mi estaba vacío, no encontraba llenar esa ausencia con nada terrenal, sentía que debía encarrilarme de nuevo en los caminos de Dios. Es así como regrese a los caminos del señor a los 25 años y actualmente estoy en ellos. Creo que fue la mejor decisión de mi vida. Actualmente tengo 2 hermosos hijos y pienso en que debo parecerme cada día mas a mi señor Jesucristo ya que yo soy el ejemplo para mis hijos y algún día ellos querrán ser como yo. Ahora estudio en el ILC.

Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.

2 Corintios 6:1

 

Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice:

En tiempo aceptable te he oído,

Y en día de salvación te he socorrido.

He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.

11 Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.12 No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón. 13 Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros.