Conocí a Cristo a la edad de 17 años, aunque debo decir que fue más un proceso que comenzó desde los 13 años con varios eventos. Todo inicio cuando yo tenía 13 años. En esa época amaba el futbol soccer, era mi pasión. Cierta tarde mientras estaba solo practicando en un campo escuché un susurro que decía “Te romperás una pierna”, yo creí que había sido mi imaginación y seguí en lo mío. No paso ni una semana, cuando tuve un accidente con una losa de concreto, que me destrozo la pierna.

Pasé mucho tiempo en cama y comencé a tener un resentimiento con la vida, con Dios, debido a toda la situación que vivía, en plena adolescencia, y en una época de mucha violencia en mi país. Una vez ya recuperado del accidente y en los años posteriores, comencé a involúcrame en cosas que no debía y todo ello hizo que mi resentimiento hacia Dios aumentara. Hasta mis 17 años que, Dios llego a mi vida.

Cierta ocasión me encontraba con mi hermano estacionado esperando a un familiar, en una avenida poco transitada. Cuando de repente una persona intento asesinarnos (cabe mencionar que mi hermano ya conocía a Cristo), y pudimos ver la mano de Dios con nosotros. Porque al momento que esta persona nos iba a hacer daño, mi hermano comenzó a clamar a Dios en oración que nos librara. Cuál fue mi sorpresa al observar que esta persona salió corriendo de ahí. Lo sorprendente fue que mientras mi hermano oraba, yo pude ver el rostro de esta persona. En su cara se dibujado un miedo, un terror. Como si con nosotros estuviera algo que lo había asustado. Ahí entendí que Dios había velado por nosotros y nos cuidaba y mis ojos fueron abiertos. Le conocí, le acepté y Cristo comenzó su obra en mí.

Desde ese momento he comenzado mi caminar con Cristo, sintiendo cada vez más latente su llamado al ministerio. Al encontrarme por Internet la web de ILC y las clases de ministerio y comenzar a explorarla he sentido que con la ayuda de Dios y gracias a hermanos en la fe, creceré y podre desempeñar la función que Dios me designo.