Durante el 2010 mi vida se encontraba perdida siendo un joven de 22 años fiestas, alcohol, mujeres, diversión, amigos, fama, viajes, etc. Aunque parecía que tenía todo lo que un hombre de esa edad pudiera desear, al final del día, cuando toda la diversión se acababa, me sentía solo (aunque tenía a mis papas y hermanos), sin propósito, con una vista desviada, con una mente en blanco, solo allí en mi cama pensaba que al final del día la vida era muy aburrida, muy monótona, miraba a mis vecinos y consideraba el mismo patrón (ustedes saben: despertar – trabajar -llevar hijos a la escuela – regresar a casa – hacer tarea – comer – cenar – dormir para al siguiente día hacer lo mismo despertar – trabajar -llevar los hijos a la escuela….) lo cual me parecía muy aburrido, sin lógica, sin propósito, sin un fin; pensaba dentro de mí que si de esto se trataba la vida mejor no quería vivirla y cuando pensaba en esto… bummm… allí apareció El, quebrando todo pensamiento irrumpiendo en mi mente, llenándome de algo bien extraño (en ese momento sentí mucha felicidad, sentí mi vida con El, completa, llena de amor) pero yo jamás le había orado, jamás había leído la biblia, jamás le había buscado, El vio algo en mí. Pero porque apareció mi Padre en ese momento, tal vez estaba esperando a que me cansara de la vida que estaba viviendo para en eso entrar El, no sé, pero hasta el día de hoy le amo como a nadie y trabajo cada día en serle más fiel; llevo 7 veces leída la biblia completa, predico Su palabra en centros de rehabilitación, soy líder y maestro de un grupo de personas, enseño y dirijo a predicadores, entre otras cosas. Mi mayor deseo es ver a todo el mundo creyendo en Cristo, ser evangelista, predicador, predicar el amor y la santidad. Gracias por permitirme ser parte de este curso de liderazgo. Dios bendiga en sobreabundancia a su pueblo.