Aprovecho esta gran oportunidad para compartir con el mundo que Dios cambió mi vida. Creo que todos podemos decir lo mismo, y me preparo para que un día todos a mi alrededor digan exactamente esto: Dios cambió mi vida.

Mi nombre es Stephanie Bernal y soy una mujer transformada, Dios me atrajo con su inmenso amor. Crecí en un ambiente de mucha soledad, de descuidos y negligencias, siempre viví muy asustada y nerviosa. Mi etapa más difícil fue cuando mi mamá decidió casarse, teniendo yo 9 años, fue muy difícil separarme de mis abuelos y mi padrastro no era un buen hombre. A la edad de 14 años comencé a drogarme y no tenía deseos de vivir, lloraba cada noche con amargura deseando morirme, no despertar al día siguiente, mi vida estaba vacía y sin futuro, pensé que terminaría mis días viviendo en la calle pidiendo limosnas. En esa condición recibí una invitación de primo para asistir a la iglesia y conocí a este maravilloso Jesús, fue el día más feliz de mi vida, experimente su perdón, sanidad y libertad; por primera vez entendí mi propósito en la vida y hoy tengo ganas de vivir. Vivo en Chile en la ciudad de San Bernardo, soy casada y tengo 2 hijos pequeños, conocí a Dios y fui discipulada en las Asambleas de Dios. Mi deseo es servir a Dios con todo lo que soy y en mi búsqueda recibí el llamado al pastorado, fue difícil comprender y aceptar la voluntad de Dios, pero soy muy feliz haciendo su voluntad, mi vocación es enseñar la verdad de Dios y que muchos le puedan conocer. Decidí estudiar y crecer en el conocimiento de la palabra de Dios, por eso el instituto será de mucha ayuda en este proceso de aprendizaje y así podré servir a Dios con herramientas y una base sólida de su palabra. Mi versículo favorito en el que DIOS me habló y está en Jeremías 15:20, “pero yo te hare tan seguro como una pared de bronce fortificada”.