Soy Limny Linsai Tello Nolasco. Bendigo la vida de mis padres, que desde muy pequeña me enseñaron el amor de Dios. Nací en cuna cristiana, es decir, cuando nací mis papas ya eran cristianos. Eso fue una bendición grande, tuve un hogar feliz y lleno de amor, recuerdo cuando toda la familia nos alistábamos e íbamos a la iglesia nos sentábamos todos en una banquita, en mi familia somos 6 integrantes; mis tres hermanitos, Kevin, Zulmi, Missdali, mi papá Enrique, mi mamá Rutila. Siendo joven a la edad de 22 años estando en la universidad, las malas amistades y un detalle de inmadurez de mi parte en la iglesia hicieron que me apartara de Dios. Estuve 2 años aproximadamente sin llegar a la iglesia y en ese tiempo empecé a tomar malos caminos, empecé a hacer lo malo delante de Dios, lloraba mucho porque sabia que lo que hacia estaba mal y pensaba que Dios ya no me perdonaría, aun haciendo lo malo todas las noches oraba y lloraba a Dios y le pedía perdón y también deseaba que el restaurara mi vida, fueron dos años muy difíciles. Un día me llego a visitar un joven y me invito a un evento, acepte inmediatamente, para mi sorpresa Dios estaba ahí esperándome, desde que inicio el servicio no paraba de llorar, todo el mensaje fue dirigido a mí, cuando el pastor hizo la invitación para pasar al altar fui la primera que corrió y estaba en un llanto tremendo, el pastor se acercó y oro por mí, sentí el perdón de Dios fue tan maravilloso. Desde entonces hice un compromiso con mi Dios de servirle toda mi vida. Hoy estoy casada con un hombre maravilloso que es Pastor y juntos servimos en una iglesia en la selva de Chiapas. Mi deseo es prepararme para ser de bendición en la iglesia que Dios nos ha encomendado, es por eso que buscando en internet me encontré a ILC lo cual ha sido de gran bendición para mí. Pues no tengo que salir de casa para aprender, ya que estamos muy retirados de la ciudad. Le pido a Dios obtener la beca para seguir creciendo en sabiduría y poder ser una líder eficaz. El Señor llevara a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh SEÑOR, permanece para siempre. No me abandones porque tu me creaste. (Salmos 138:8 NTV)