Encuentro con el Dios Vivo
Encuentro con el Dios Vivo
En esta ocasión compartiré un poco de mi encuentro con el Dios vivo. Mi nombre es Jose Manuel Olaya Insignares, soy colombiano. Tengo 42 años y me congrego en la Iglesia Manantial de Vida Eterna del Pastor Eduardo Cañas en la ciudad de Bogotá.
No podría haber imaginado que a mi edad iba a tener aquel encuentro, si me hubiesen dicho que iba a tener un encuentro personal con Dios me hubiera reído y hasta me habría molestado. He de reconocer que he sido un buscador incansable de la realidad de Dios y que, en determinado momento, por falta de capacidad para reconocer la presencia de Dios, pasé a negar y refutar su existencia. Pero el Amor y la Misericordia de Dios son infinitas.
Fue gracias a mi cuñada, Helenita, que empecé a pensar en Dios y el Espíritu Santo de una forma diferente, ver cómo su don de lenguas actuaba y la transformación de su vida hizo que contemplara y replanteara la posibilidad de que Dios si es real. Ocurrió también que el mejor de mis amigos, Manuel, inició también una relación con el Espíritu Santo, yo dudaba, pero también me sentía inclinado a establecer la veracidad de ambos testimonios.
Fue así como a finales del mes de junio del año 2021 tomé la decisión de buscar un encuentro con el Espíritu Santo. Recuerdo que, en la noche, tendido sobre mi cama, elevé una oración haciendo una solicitud: “Si eres real Espíritu Santo, tócame, déjame sentir tu presencia”. La respuesta fue inmediata, experimente como una corriente eléctrica que recorría mi cuerpo, era intensa, tal como mi amigo me había dicho. Un entusiasmo me invadió y empecé a pedir cada día en oración ser bautizado. Cada domingo me conectaba con los servicios online del Pastor Harrigan, entregado al servicio para ser bautizado y el día soñado llegó, el 1 de agosto del año 2021.
Lo mejor que me ha pasado fue el encuentro con el Espíritu Santo, oírle, sentirle, y entregarle mi vida para que me guie, para que, como Él dice: “Ahora soy yo enseñándote”. Gracias a El Espíritu Santo encontré el ILC, pues no solo me envió a formarme, sino que me pidió que buscara una formación gratuita, sana y completa y eso es lo que he encontrado en el ILC. Pongo este camino bajo su dirección y pido por todos los que apoyan el maravilloso proyecto ILC que Dios los haga crecer y tocar la vida de más personas.