Enseñar la Doctrina Bíblica

¡Enseñar la Doctrina Bíblica! Tuve la oportunidad de conocer a Dios en mi juventud. Antes de conocerlo viví en deseos pasajeros. En un mundo que me ofrecía todo tipo de placeres, intentaba llenar un vació en mi corazón con absolutamente todo. Cada vez me sentía más solo por situaciones familiares y personales. Caí en una depresión de la cual no podía salir aunque estaba rodeado de amigos. Realmente podía sentir que mi única salida era la muerte.

Creo que fue ahí donde Dios me vió y tuvo misericordia de mí. Estoy tan agradecido de que el conocimiento de la verdad abriera mis ojos; saber que Jesús, en aquella cruz dio su vida por mí, que había alguien con el poder de sanar las heridas del corazón; heridas que con nada había podido sanar.

«Tales cosas se escribieron hace tiempo en las Escrituras para que nos sirvan de enseñanza. Y las Escrituras nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios» (Romanos 15:4 NTV).

Estoy en este caminar con Cristo tratando de esforzarme y tratando de ser valiente ante esta vida. Ciertamente cambió mi corazón. Ahora entiendo que no hay lugar más seguro y más satisfactorio que en Cristo Jesús. Él me hizo una nueva criatura y pude experimentar el amor más puro y real.

En mí comenzó a surgir una necesidad en el conocimiento de Cristo, de aprender mas de Su Palabra, de aplicar La Palabra de Dios en mi vida, de dar a conocer a Jesús, de enseñar la doctrina bíblica y sana. Estoy totalmente agradecido con el Instituto de Líderes Cristianos, por el entrenamiento que me están brindando, pues mi deseo es compartir esta verdad y este amor a todos aquellos que están en situaciones similares e incluso peores a mi pasado.