La Paz

“La paz”. Sí, es así como se llama esta pintura. Hay tormentas, rayos, cascadas descontroladas que arrancan rocas de la ladera de la montaña. Todo parece caos, peligro y alarma. Aunque si miran con cuidado, entre esas cascadas, hay un ave cuidando a sus pichones.

Eso es paz.

Aunque afuera todo parezca problemático, hay en medio de todo ese conflicto un pequeño lugar seguro, un lugar de reposo. ¿Sabes dónde hallarlo? Te dejo unas palabras que hace un tiempito atrás dijo Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14.27).

Nuestro entorno posiblemente no cambie. Y dependiendo de donde estemos las posibilidades más ciertas son que todo empeore. Y aunque parezca extraño esas son buenas noticias.

Porque nunca fue el entorno lo que marca el pulso de lo que pasa dentro de uno. Eso es tarea del corazón. Y es precisamente ahí, al corazón, donde apunta el mensaje de Jesús. Y eso trae paz.

El mensaje y la vida de Jesús estuvo rodeado de situaciones políticas, económicas y sanitarias muy malas. ¿Te suena conocido? Pero ese mensaje llenó de paz a muchos que vivían y sufrían la misma vida y las mismas circunstancias que vivió Jesús. Entendieron que estaban siendo cuidados y amados en medio de la tormenta, del caos.

¿Dejarás que te ame? ¿Qué te cuide? ¿Recibirás su paz?

La palabra del mismo Dios que creó el universo sigue resonando, invitándote, llamándote, convidándote a vivir una vida de amor, de paz y de relación. Responde ahora, recibe su paz.