Nunca dejamos de aprender, el Señor nos capacita constantemente.
Saludos y bendiciones a todos los hermanos en Cristo. Soy Jack, de Perú. Tengo 36 años y este es mi testimonio… Sirvo a nuestro Señor desde muy pequeño, todo gracias a que el Señor atrajo a mi padre a su verdad, luego a mi madre y finalmente a mi hermano y a mí. No obstante, en mi caminar cristiano, tuve un tiempo de hijo pródigo, empecé una carrera universitaria y durante 6 años me alejé de Dios, sin embargo, un 25 de julio de 2010, un misionero llegó a mi casa, recuerdo que le dije que yo antes iba a la iglesia, él me dijo algo que recuerdo claramente: «Es hora de que vuelvas a Cristo, él me mandó a buscarte» Esas palabras fueron suficientes para regresar a Él… Desde ese momento, he vuelto a los caminos del Señor y no he vuelto a irme. Agradezco a Dios por no haberme olvidado y por rescatarme. En el 2012 recibí esta Palabra: Hechos 13:47 Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Desde entonces, he buscado capacitarme de manera autodidacta y con cursos que imparten donde me congrego (Comunidad Vida Cristiana – CVC), y siempre he querido aprender más, para llevar y enseñar su Palabra de manera correcta y efectiva… Navegando por las redes sociales, me topé con el INSTITUTO DE LÍDERES CRISTIANOS (ILC), y aunque al principio dudé de que un instituto imparta conocimientos sobre la vida cristiana y el cristianismo de manera gratuita, pues me resultaba increíble, aun así y todavía con dudas, me inscribí… Una vez dentro me he llevado una gran sorpresa, ya que con este primer curso que he recibido, mi percepción y mi entendimiento se ha ampliado, agradezco profundamente a Dios y a sus siervos que hacen posible el acceso a nuevos conocimientos de manera libre, ahora me siento con mucha necesidad de ayudar a otros, y creo que mi grano de arena será también a través de esta plataforma. Sé que el Señor nos capacita para ir por su pueblo, somos obreros, a fin de cuentas, debemos trabajar mucho, y además hacer un trabajo de calidad, solo necesitamos un corazón dispuesto. Todos somos llamados a llevar el evangelio de salvación. El Señor los bendiga.