Proveyendo Preparación para los Edificadores
Proveyendo Preparación para los Edificadores

ILC sirve en el Reino de Dios proveyendo preparación para los edificadores de la Iglesia de habla hispana. Nuestro compañero estudiante Mario comparte su testimonio sobre cómo él siente una carga muy grande por la correcta edificación de la iglesia en su país. Su testimonio no condena sino  llama la atención para que aprovechemos la oportunidad de la educación que ILC ofrece como parte de la solución a problemas en la edificación de la Iglesia. Con mucho respeto compartimos su testimonio deseando que nuestro Padre tenga misericordia de todos nosotros y nos use para edificar como el apóstol Pablo enseñó:

Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 1 Corintios 3:12-15

Hola. Soy de San Pedro Sula, Honduras, Centro América. Tengo 26 años, nací en una familia cristiana, mis padres son pastores. Desde muy pequeño le entregué mi vida al Señor y cada vez más siento el llamado de Dios al ministerio pastoral. Mi sueño es discipular, cuidar con diligencia el trabajo en la obra del Señor, predicar fielmente su Palabra. Creo, y tengo convicción de que cuando la Palabra de Dios es claramente proclamada y aplicada a la vida, los pecadores tiene fe y aceptan la gracia de Jesucristo. ¡Esas vidas son cambiadas! Además la Iglesia también crece y madura en el conocimiento de Dios

Esa es mi convicción, pero luego veo a mi alrededor y reconozco que estamos teniendo problemas con la iglesia local.

En mi país hay un problema con la mayoría las iglesias locales. Ellas no saben que sus líderes deben ser preparados primeros. Entonces, cualquier persona que siente que puede predicar se avienta pensando que sin preparación y aprobación puede fundar otra iglesia. Tristemente, eso lo hace sin preparación, sin llamado y sin la aprobación de la iglesia. Eso demuestra poco respeto a la obra De Dios.

Yo no los condeno, sólo creo que están influenciados por diferentes convicciones que están equivocadas. Les falta conocimiento y más demostraciones de han madurado espiritualmente. Casi siempre entienden mal las Escrituras y por eso las ponen en práctica de manara equivocada. Lo peor es cuando sólo usan pasajes a conveniencia y por  preferencia personal. Me entristece que no consideren lo importante de servir a Dios, predicar y ser ejemplo de las Escrituras. Me entristece porque no entienden que ellos deben alimentar espiritualmente al rebaño de Dios con   la Palabra. Ellos deben edificar a la Iglesia desde el púlpito con buena predicación, enseñanza y consejería.

Creo que todo el crecimiento y la madurez espiritual de cada congregación dependen de entender que a la Iglesia se le edifica con la Verdad y se le nutre con las Escrituras. Pero tristemente estas personas que no creen lo mismo también carecen de educación básica. Ellos apenas pudieron completar su educación primaria. Tienen  familias disfuncionales y no tienen madurez moral para predicar. Además de las situaciones familiares, también sus ocupaciones diarias les impiden que pongan prioridad en su preparación para edificar y alimentar a la iglesia.

Yo veo que todo eso hace que las iglesias nuevas tengan  pastores solitarios en iglesias pequeñas. Para mi todo eso es muy triste porque esos pastores quisieron hacer algo bueno, pero luego, por falta de preparación arruinan la fe de otros, la de sus familias y la de ellos mismos. Eso es un problema grande en mi país.

Por todo eso no me sorprende que estemos teniendo un pueblo cristiano que perece por falta de conocimiento.

Por eso, la labor de ILC es muy importante. Porque es una preparación ministerial de alta calidad. Esto es totalmente necesario para lograr  cumplir con La Gran Comisión. Yo sí tomo este reto.

Agradezco todo y pido u ayuda en oración por mi vida y vocación ministerial; porque hay muchas almas sedientas del Pan de vida y Agua viva. Y Dios nos ha llamado a ganarlas para su Reino.

Bendiciones.