El PERDÓN de DIOS

Serie de 4 Estudios Bíblicos: El PERDÓN de DIOS

 

Cada primer jueves del mes, el ILC presentará la Serie de 4 Estudios Bíblicos para grupos en casa. Con este material nuestros estudiantes pueden organizarse para tener 4 sesiones de estudios bíblicos. El material es original, dinámico y relevante. Se concentra en un sólo pasaje cada semana y se estudia un mismo tema en cada serie. Cada serie podrá tener 4 ó 5 estudios bíblicos. Cada estudio bíblico consta de 8 preguntas, 4 preguntas son inductivas para encontrar su respuesta en la Biblia y 4 preguntas son deductivas, para encontrar su respuesta en la práctica cotidiana de cada creyente.

El Perdón de Dios

Al meditar en las Escrituras el Espíritu Santo nos convence de nuestro pecado delante del Padre. Tal vez nos recuerda  un pecado que hemos cometido intencionalmente o que lo cometimos por omisión. Pecar contra Dios nos causa tristeza; pero para que esa tristeza no se convierta en un remordimiento, en un tormento o en una amargura, entonces debemos aprender a pedir perdón a Dios.

Lo más valioso que un ser humano puede tener en la vida es el perdón de Dios. Por eso, todos debemos aprender a pedirlo. Porque en medio de la por tragedia, mientras atravesamos la más grande calamidad, mientras nuestro sufrimiento parece insoportable, si sabemos pedir y recibir el perdón de Dios mediante su Hijo Jesucristo, entonces lo tenemos todo. No hay nada que consuele más, que llene de tanta alegría ni que infunda tanta paz como lo es el perdón de Dios por su gracia. Por eso, toda la Iglesia debe enseñar a su prójimo a saber cómo pedir perdón a Dios. Es el tesoro más grande que la Iglesia puede compartir.

Entonces, una vez que hemos aprendido a pedir perdón a Dios, también aprenderemos a pedir perdón y a perdonar a los demás. En ese perdón encontraremos la riqueza del fruto del Espíritu Santo para vivir cada alegría y cada tristeza de la vida. Viviremos esperando con ansias la venida de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Este mes en los en Estudios Bíblicos Semanales nos concentraremos en estudiar 4 pasajes bíblicos que nos enseñan cómo pedir perdón a Dios.

I. Deseo de Pedir Perdón

El rey David fue uno de los primeros hombres que describió la emoción y el sentimiento de su corazón cuando pecó contra Dios. Pero cuando pecó no sintió inmediatamente el deseo de pedir perdón; más bien fue hasta que el profeta Natán le descubrió su pecado que David sintió por primera vez la necesidad de pedirle perdón a Dios. Leamos II Samuel 12:1-25.

1. ¿Por qué David no había reconocido su pecado?

2. ¿Cuál fue la utilidad de la parábola para que David reconociera su pecado?

3. ¿De qué manera David pidió perdón?

4. ¿De qué manera David recibió el perdón de Dios?

Conforme a nuestra cultura, esperaríamos del texto bíblico más expresión de las emociones y más explicación de los sentimientos que David tuvo con respecto a la seriedad de lo que Natán le decía, pero:

5. ¿Por qué yo quisiera más expresiones de sentimientos de parte de David cuando él reconoce que ha pecado?

6. ¿Por qué sí? ¿O por qué no es necesaria la expresión de emociones y sentimientos cuando se reconoce el pecado?

7. Según el pasaje, ¿es necesario que yo de razones o que justificaciones el porqué pequé? ¿Por qué?

 8. ¿Qué tanto me ayudan los sentimientos y las emociones a recibir el perdón de Dios? ¿Por qué?

 

II. Sinceridad al Pedir Perdón

El profeta Isaías no habla del pecado de manera personal; sin embargo, a medida que enseña del pecado de todo el pueblo, el profeta aclara que el corazón contrito y el espíritu humilde  es evidencia de la sinceridad de pedir perdón a Dios. Leamos Isaías 57.

1. ¿Cuál era el pecado de Israel?

2. ¿Cómo eran las virtudes, las emociones y los sentimientos de Israel cuando pecaba?

3. Según el pasaje, ¿qué sería lo opuesto al corazón contrito y al espíritu humilde?

4. ¿Por qué, para pedir el perdón de Dios, son importantes el corazón contrito y el espíritu humilde?

Todos hemos tenido la necesidad de pedir perdón, pero:

5. ¿Cuáles han sido las virtudes de cuando pedí perdón?

6. Mi corazón y mi espíritu, ¿sienten lo mismo al pedirle perdón a Dios y al pedirle perdón a una persona? ¿Por qué?

7. Después de leer Isaías 57, ¿podría pedir perdón a Dios sin que mi corazón estuviera contrito y mi espíritu humilde? ¿Por qué?

8. Una vez que he pedido perdón a Dios, ¿mi corazón debe dejar de estar contrito y mi espíritu debe dejar de ser humilde? ¿Por qué?

 

III. Arrepentimiento al Pedir Perdón

Jesús enseñó que el arrepentimiento no compra ni consigue el perdón, pero el arrepentimiento demuestra el deseo de valorar el perdón recibido. Leamos Lucas 15:11-32.

1. ¿Cuál fue el pecado el joven?

2. ¿Qué fue lo que hizo que el joven quisiera dejar de pecar y pedirle perdón de su padre?

3. Cuando el joven se arrepintió, ¿qué podía restituir? ¿Qué no podía restituir?

4. ¿Qué esperaba el padre de su hijo cuando regresara para pedirle perdón? ¿Por qué?

Para ser objetivos con nuestra responsabilidad de pedir perdón y recibir el perdón de Dios, debemos reconocer el alcance de nuestro arrepentimiento al restituir el daño que causamos.

5. ¿Qué hago cuando pido perdón, pero no puedo restituir el daño que causé?

6. ¿Qué hago cuando pido perdón, pero puedo restituir el daño que causé?

7. ¿Perdonaría yo a alguien que puede, pero no quiere restituir el daño que me causó? ¿Por qué?

8. ¿Podré valorar el perdón de Dios, aunque no tenga intención de restituir el daño que causé? ¿Por qué?

 

IV. Convicción al Pedir Perdón

La vida del apóstol Pablo enseña la necesidad y la urgencia más apremiante que tenemos para pedirle perdón a Dios es por no creer y confiar en su Hijo Jesucristo como único y suficiente Salvador. Leamos Hechos 9:1-19.

1. ¿De qué tenía que pedirle Pablo perdón a Dios? ¿Cuándo le pidió perdón?

2. ¿Qué sustituye a la solicitud explícita de perdón por parte de Pablo?

3. ¿Cuáles eran los sentimientos y las emociones de Pablo ante Jesús? 

4. ¿Cuál es la evidencia de la fe de Pablo en Jesucristo?

El libro de Hechos enseña que Pablo no pidió perdón por sus obras, sino sólo aceptó el perdón de Dios a través de Jesucristo.

5. ¿Por qué es más importante corregir la fe que pedir perdón explícitamente por una desobediencia?

6. ¿Cuál es el principal pecado del que necesito el perdón de Dios? ¿Por qué?

7. ¿Sirve de algo pedir perdón a Dios por algo que hice si no tengo la convicción correcta de quién es Jesucristo? ¿Por qué?

8. ¿Cuál es la evidencia de que he recibido el perdón de Dios?

Este material fue preparado por Gabriela Tijerina-Pike, PhD para la casa editorial Vida a Las Naciones www.VidaenÉl.com en el ejemplar de Septiembre 2017. Luego fue adaptado para ILC en Octubre 2018. Está prohibida su reproducción para fines comerciales o lucrativos.

IMAGEN Cortesía de UNSPLASH, Samuel Martins