Serie de Estudios Bíblicos: NUESTRO PADRE

serie-de-estudios-biblicos-nuestro-padre

 

El ILC presentar la Serie de  Estudios Bíblicos: Nuestro Padre para el mes de Noviembre 2018. Con este material los estudiantes pueden organizarse para tener 5 sesiones de estudios bíblicos. El material es original, dinámico y relevante. Se concentra en un sólo pasaje cada sesión y se estudia un mismo tema en cada serie. Cada serie podrá tener 4 ó 5 estudios bíblicos. Cada estudio bíblico consta de 8 preguntas, 4 preguntas son inductivas para encontrar su respuesta en la Biblia y 4 preguntas son deductivas, para encontrar su respuesta en la práctica cotidiana de cada creyente.

Las Escrituras enseñan sobre nuestra  relación con Dios como nuestro Padre. La relación con Dios como nuestro Padre implica que nosotros como hijos debemos dejar complejos y obstáculos que nos impidan relacionarnos con él de esta manera. Estudiemos con atención cómo disfrutar mejor esta relación que tenemos con Dios mediante Jesús.

I. Nuestro Padre nos Conoce

Dios es omnisciente y conoce todo; es decir nos conoce bien a nosotros. Nos conoce tanto que él sabe si pecamos o no, por eso como Padre debemos confesarle si hemos desobedecido sus mandamientos para mantener una relación de buena comunicación y confianza con él. Leamos 1 Juan 1:9.

  1. ¿Qué es desobediencia? ¿Qué es pecado?
  2. ¿Qué es confesar nuestra desobediencia y nuestro pecado?
  3. ¿Qué hace Dios con nuestra confesión de desobediencia y pecado?
  4.  ¿Qué significa que nuestro Padre sea fiel y justo?

Tal vez no creciste con la enseñanza de que a tus padres o seres amados le podías confesar tus errores, menos tus faltas intencionales, feas y malas. Pero hoy es tiempo de comenzar.

  1. ¿Quisiera pedirle perdón a un familiar o a un ser amado? ¿Por qué?
  2. ¿Creo que mi Padre celestial me escucha cuando le confieso mi desobediencia y mi pecado?
  3. ¿Cómo supongo que me sentiría si Dios no fuera mi Padre y yo le tuviera que confesar mi  desobediencia y mi  pecado?
  4. ¿Cómo limpia un padre a su hijo pequeño que se ensució? ¿Creo que mi Padre me ha tratado con el mismo cuidado? ¿Por qué?

 

II. Nuestro Padre nos Ayuda

Es bueno ser un hijo independiente porque no debemos llegar a la edad adulta dependiendo de nuestros padres. Sin embargo, hay algo en lo que siempre dependeremos de Dios. Leamos Efesios 2:8-9.

  1. ¿Qué podemos hacer por Dios nuestro Padre?
  2. ¿En qué necesitamos totalmente a Dios como nuestro Padre?
  3. ¿Por qué  Dios siendo Padre pidió esa dependencia?
  4. ¿Dios nos está negando o no nos está negando algo como Padre al pedirnos dependencia de él? ¿Por qué?

Reflexiona la manera en que sería tu relación con tu Padre celestial si no hubiera esa dependencia de él.

  1. ¿De qué manera mi agradecimiento y mi respeto por mi Padre están relacionados con la salvación que me da?
  2. ¿Creo que como hijo puedo hacer algo más para que mi Padre me ame? ¿Por qué?
  3. Si mi Padre ya no me puede amar más, entonces ¿me dejaría de amar? ¿Por qué?
  4. ¿Puedo yo amar más a mi Padre si yo no tengo  poder ni habilidad para salvarme a mi mismo? ¿Por qué?

 

III. Nuestro Padre no nos Abandona

Muchos han sido rechazados por sus padres de diferentes maneras; Dios sabe esto y promete no hacerlo, leamos Salmo 27:10.

  1. ¿Qué es un rechazo? ¿Por qué Dios no rechaza?
  2. ¿Qué es un abandono? ¿Por qué Dios no abandona?
  3. ¿De qué manera Dios ha comprobado que él no rechaza?
  4. ¿De qué manera Dios ha comprobado que él no abandona?

Si el abandono y el rechazo generan desconfianza, entonces de qué manera describimos nuestra confianza en Dios cuando sabemos que  él no nos ha rechazado ni nos ha abandonado.

  1. ¿Me ha abandonado Dios? ¿Cómo estoy seguro de eso?
  2. ¿Me ha rechazado Dios? ¿Cómo estoy seguro de eso?
  3. ¿Tengo alguna razón para desconfiar de Dios? ¿Desconfío de Dios? ¿Por qué?
  4. Voy  a confiar en Dios como mi Padre, ¿sí  o no? ¿Por qué?

 

IV. Nuestro Padre nos Enseña

Como hijos necesitamos aprender sobre la dependencia que el Padre quiere para nosotros. También como hijos aprendemos a confiar en él. No siempre aprendemos a la primera oportunidad, por eso él espera que seamos humildes para que sigamos aprendiendo de él sin desistir. Leamos Santiago 4:6.

  1. ¿Cómo es un hijo orgulloso?
  2. ¿Cómo afecta una actitud orgullosa en la relación padre-hijo?
  3. ¿Cómo es un hijo humilde?
  4. ¿Qué hace Dios por un hijo humilde? ¿Por qué?

Si Dios no es orgulloso, entonces nosotros no debemos ser hijos orgullosos que no aceptan su instrucción y su corrección.

  1. ¿He sido soberbio y orgulloso con Dios? ¿Por qué?
  2. ¿Qué creo que necesito hacer para asegurar que soy un hijo humilde?
  3. ¿Qué enseñanzas me pierdo cuando soy orgulloso? ¿Qué enseñanzas aprendo  cuando soy humilde?
  4. Si mi Padre me quisiera enseñar humildad, ¿lo dejaría? ¿Por qué?

 

V. Nuestro Padre nos Bendice

Nadie nos desea mayor bien que nuestro Padre Dios. Otros podrán desearnos cosas buenas y felicidad; pero sólo nuestro Padre puede nuestra bendición y hacerla posible. Leamos Génesis 12:1-3.

  1. ¿Crees que Dios nos bendice como bendijo a Abram? ¿O como bendijo a sus descendientes? ¿Por qué?
  2. ¿Cómo es la bendición de Dios? ¿Como la del padre de familia?
  3. ¿Crees que Dios Padre bendice  a los que no son sus hijos? ¿Por qué?
  4. ¿Cuál es la extensión temporal y espacial de la bendición de Dios?

Cuando nuestro Padre nos bendice es para que seamos bendición a los demás, eso aprendemos de Abram.

  1. ¿Cuál es la mejor bendición que mi Padre me da?
  2. ¿De qué manera puedo compartir esa bendición con los demás?
  3. ¿Será que Dios me bendice para que desobedezca, peque y sea orgulloso? ¿Por qué?
  4. ¿De qué manera bendigo yo a mi Padre?