Sirviendo Dios en la Pandemia

Superviviente del Covid-19

Hola! Dios los bendiga a todos, mi nombre es Alberto Corona, vivo en Machiques, estado Zulia, Venezuela. Tengo 38 años, soy funcionario activo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalisticas (CICPC), pero para la gloria de Dios también soy cristiano, bautizado hace 3 años. Pero aun cuando fui bautizado y tuve un llamado de Evangelista, vivía una vida desordenada, encerrado en mi propia opinión, altivo, soberbio, lo que me llevo en el año 2020 a enfermar de Covid-19, para el día viernes 26-06-2020, mi estado de salud era delicado. Por lo que fui trasladado de emergencia hacia el Hospital Universitario en la ciudad de Maracaibo, al llegar allá todo fue una odisea, mi esposa tenía que dormir en la afueras del hospital, la atención que yo recibía era un poco deficiente debido a la situación país que vivimos, pero siempre estuvimos aferrados a Dios en oración.

Muchos hermanos oraban por mí en ese momento, alrededor de ocho días de estar en el hospital, mi estado de salud agravó, por lo que fui trasladado a la unidad de cuidados intensivos del hospital (UCI) acondicionada para una delegación de médicos cubanos que habían llegado hacia poco al país. Me intubaron alrededor de las 7:00 pm, luego me despertaron tres días después de ser intubado, me costó aproximadamente dos minutos ubicarme donde estaba porque seguía intubado. Cuando me ubique, recordé que iba a ser intubado por lo que me dije estoy intubado, los médicos me hablaban y me preguntaban cómo me sentía por lo que alce mi pulgar derecho en señal que a pesar de las circunstancias me sentía bien.

Posterior a eso escucho una voz que me dijo “era necesario que estuvieras aquí por desobediente, cuando estés en tu casa le vas a decir a tu mamá que yo le cumplí lo que ella me pidió, que yo espero que ella me cumpla lo que me prometió, has pasados todos estos años en tu trabajo atrás de nada, porque si me sirvieras a mí no te haría falta nada”. También me dijo otra serie de cosas, mensajes para mi esposa e hijos, un mensaje para mi pastor y otros hermanos, fue un momento extraordinario, sentía que emanaba un amor hacia mi difícil de describir,

Luego de eso estuve dos o tres días más intubado despierto, algo físicamente terrible, pero debido a mi mejoría me quitaron el respirador, estuve cinco días más en UCI, posteriormente fui traslado a una habitación de observación. Allí me doy cuenta que había perdido toda la masa muscular, perdí más de cuarenta kilos, no podía caminar, y apenas podía hablar. Unos días después el 21-07-2020, fui dado de alta.

Al llegar a mi casa lo primero que hice fue hablar con mi madre, quien me dijo lo siguiente: “esa noche que te trasladaron al hospital, yo tome la biblia y la abrí en el salmo 91, luego de leerlo le dije a Dios que si te traía de vuelta yo me iba a congregar contigo”. Desde entonces mi madre se congrega en mi iglesia, por cuanto ella era inconversa, ya aceptó a Cristo como su señor y salvador y continua perseverando en los caminos del señor.

Desde que salí del hospital mi vida nunca más volvió hacer la misma, hay una necesidad dentro de mí ser sirviendo Dios en la pandemia  y persevero en ello, debido a esa necesidad y buscando alguna ayuda para crecer más como líder de mi congregación, me encontré en internet con el Instituto de Líderes Cristianos y comencé el curso inicial, espero Dios le bendiga mucho para que continúen haciendo ese trabajo que realizan, Dios los bendiga grande y poderosamente.

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