Sorprendido por Dios
Me llamo Jonathan Ramírez y soy sorprendido por Dios. Siempre he creído que hay un propósito para mi vida, un propósito personal y directo. Nací en una cuna evangélica, mis papás eran misioneros de tiempo completo, no recibían un sueldo, ni tenían posesiones, solo los motivaba el amor a Jesus. Desde que tuve uso de razón crecí en una familia que me enseñó a amar a Dios, íbamos de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo a donde enviaran a mis papás a predicar o a veces en calidad de pastores, aunque careciamos de recursos económicos, nuestra familia estaba llena de amor y de la bendición de Dios.
Nací en la Ciudad de México, la capital del país de México, pero viajé mucho en mi infancia, cada lugar que conocía era una experiencia más y en cada etapa de mi infancia y adolescencia mi amor por Dios crecía más y más. Aunque había crecido en un ambiente totalmente cristiano nació una idea en lo más profundo de mi corazón, “quiero conocer a Dios” no el Dios de mis papás, el de las tradiciones de mi iglesia, el Dios de los testimonios de las personas de mi círculo social, quiero tener un Dios personal, un llamado propio, quiero conocerlo a través de su Palabra.
Y así con un deseo intenso y una inspiración que solo el Espíritu Santo podía darme, empecé a conocer a Dios no por lo que otro me decían, no por lo que escuchaba de otros, sino por lo que el Espíritu me mostraba a través del estudio de su palabra, y así empezó mi verdadero crecimiento y entre experiencias asombrosas, Él se presentó ante mí.
En mi juventud Dios hizo un llamado para servirle y me convertí en pastor, hoy en día soy un Pastor bivocacional sin goce de sueldo y a veces con algunas carencias, pero Dios me ha mostrado siempre su providencia. Un dia buscando en internet una forma de capacitarme de manera gratuita, ya que no cuento con recursos para hacerlo en un seminario o instituto presencial, me encontré con el ILC. Gracias a Dios por el Instituto de Líderes Cristianos, gracias a este proyecto, tendré la oportunidad de formarme de manera académica y ministerial para seguir sirviendo a Dios.
Mi versiculo favorito es Romanos 6.23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”