Mi testimonio Mi nombre es Julio Trujillo Gómez actualmente tengo 27 años, soy casado y Dios me ha regalado dos hijos. Soy originario de México, vivo en San Cristóbal de Las Casas una ciudad multireligiosa y multicultural; Crecí en un hogar dividido en el aspecto de la fe, puesto que mi madre era católica y mi padre había conocido el evangelio de nuestro señor Jesucristo desde que yo tenía tres años, por este hecho creci en ambiente relativamente hostil con lapsos de violencia ejercida de mi madre hacia mi padre , sin embargo mi padre me encamino en los valores bíblicos y me llevaba a una congregación pentecostal de donde el pertenecía, casi siempre en desacuerdo con mi familia materna. Cuando entre a la secundaria me diagnosticaron epilepsia, fue entonces que mi madre considero a esta situación un “llamado” de Dios para su vida. Fue entonces que decidimos junto a mi mamá aceptar a Cristo en nuestro corazón, y comenzamos a frecuentar constantemente la iglesia donde asistía mi papá, cabe señalar que los ministros cuando me predicaron me comentaron lo siguiente “si aceptas a Cristo, él te sanara de tu enfermedad”, pasaron los años y esto nunca aconteció, podría decirse que seguí a Cristo con malas y egocéntricas intenciones. Durante mi juventud serví en grupos de jóvenes y en el grupo de alabanza de la iglesia, sin embargo mi corazón se sentía defraudado por esta promesa de sanidad, además que anhelaba vivir totalmente a lo denominaban “mundo” veía a mis compañeros de preparatoria salir de antro, tener novias, tomando y yo quería practicar esto, mas cada vez que lo practicaba a espaldas de mis padres y líderes, el Señor permitía que las crisis epilépticas regresaran a mi vida. Posteriormente a los 18 años comencé mis estudios universitarios, esta etapa fue complicada para mi vida espiritual, continuaba ejerciendo mi servicio en la iglesia como músico y quizá como un joven ejemplar ante la iglesia, sin embargo fue mera apariencia, puesto que fuera de esas cuatro paredes yo comencé a consumir alcohol, mariguana y vivir una vida sexualmente desordenada consumía contenido pornográfico, fornicaba con mis parejas etc., Dios en su infinita misericordia y soberanía me permitió tener controlada la epilepsia bajo medicamentos, esto me llevo a pensar “no pasa nada si vivo en pecado y estoy sirviendo al mismo tiempo”, a tal instancia que decidí apartarme de la iglesia ( porque de Dios ya hace mucho que estaba lejos), entonces comencé a utilizar mi don musical en el mundo, concurría de vez en cuando la iglesia por obligación de mi padre nada más. Fue entonces que en esa iglesia conocí a mi actual esposa, que vivía un contexto espiritual y vivencial similar al mío y que muchos jóvenes viven, el estar en un grupo cristiano por presión de sus padres y tener el corazón en el mundo. Comencé a andar con ella durante dos años hasta que concebimos un bebe fuera de la voluntad perfecta de Dios, pasando el tiempo durante la gestación de mi bebe Isaac, pasamos infinidad de complicaciones, en este lapso ambos reconocimos nuestra condición ante Dios, y decidimos tratar de construir una relación personal con Jesucristo, por el bien de nuestras almas y por bien de nuestra familia, así que nos casamos y comenzamos a relacionarnos con el Señor de manera sincera, pasando procesos de desánimo espiritual, aunque mayormente eran de mi parte y esto atraía problemas en mi matrimonio. Actualmente tengo dos bebes y un hogar cristiano, me dado cuenta que entre más hemos cedido a la voluntad de Dios aspectos individuales y matrimoniales, nuestro hogar mejora en todos sus ámbitos, hemos visto la provisión milagrosa material y espiritual de Dios en nuestras vidas, aunque no he regresado a un servicio eclesiástico en mi congregación, acompaño espontáneamente a otras iglesias de diferentes denominaciones en actividades evangelesticas en comunidades indigenas, esto ha sembrado en mi la necesidad de prepararme, y espera la voluntad de Dios. Cabe señalar que estoy en posgrado, donde trato temas religiosos y este curso me ayudara a realizar un trabajo académico articulado con mi FE y que ha futuro pueda ser una herramienta la cual pueda utilizar para la gloria, honra y servicio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Josué 1:9: Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.