ILC – Una escuela bíblica gratis

Llegué a la iglesia por la comida. El sazón de una señora, ahora hermana en Cristo, me había cautivado, mas no lo suficiente como para notar el llamado. Ya siendo más grande volvieron a invitarme; fui sin muchas expectativas, sin embargo, al cruzar esas dos puertas el sonido estridente de los panderos me envolvió y desde ese día supe que nadie me sacaría de ahí. Las formas que encontré de servir eran varias pero lo que terminó en llamar mi atención fue transmitir lo que aprendía y eso marcó mi rumbo; era momento de trabajar acertadamente.

¿Cómo enseñas si no tienes el valor de hablarles? Era la pregunta que me hacía siempre. La timidez y el miedo ahogaron mi voz, nunca me preocupé de esto porque nunca tuve la necesidad de compartir algo…, hasta ahora. Descubrí la importancia en que las personas conozcan del evangelio y no podía callarlo. Mi familia fue clave en el desarrollo de su servidora; hasta el día de hoy no dejan de confirmar todo lo que Dios ya dijo acerca de los dones que me ha dispuesto. Mis padres y hermanos en el Señor poseen la cultura del trabajo; esto hace que cada miembro encuentre su lugar, en mi caso sucedió temprano.

La iglesia en la que asisto necesitaba una maestra de danza, estuve en ese cargo hasta que sentí trabajar con los niños, más tarde la congregación se vio sin alguien que dirija a los jóvenes y me dispuse a ayudar, ahora nuestra condición solicita una mayor enseñanza, a lo que nuestro pastor no da abasto.

Dios mediante podré ser de apoyo en esta nueva etapa de la iglesia. En una oración le rogué a Dios que me capacite. A costa de la billetera vacía que me habían regalado encontré a ILC de primera opción en la búsqueda de una escuela bíblica. Aun siento que es un milagro, Dios no solo ordena no poner excusas sino que también elimina cualquier obstáculo que nos sirva de pretexto; él es genial. Por ahora el único desafío que tengo en este estudio es la necesidad de una mejor administración de mi tiempo, confío en que nuestro Señor proporcionará a las necesidades de cada uno de manera que le sirvamos sin poner limitantes.

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