No voy a ofrecer al Señor mi Dios holocaustos que no me cuesten nada
Con 10 meses y 14 cursos en su haber, nuestro compañero estudiante Bladimir nos inspira en el ILC para seguir adelante en nuestro esfuerzo, y nos recuerda lo que alguna vez dijo el rey David: No voy a ofrecer al Señor mi Dios holocaustos que no me cuesten nada (2 Samuel 24:24) No queremos alabar a Dios con un ministerio sin provecho, insignificante o inútil. ¡Que el Señor nos ayude! Amén.
ILC – INSTITUTO DE LÍDERES CRISTIANOS
¡Hola! Mi nombre es Bladimir y vivo en Venezuela.
Saludos a todos y ricas bendiciones en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Como siervo del Señor y con el deseo de servirle mejor, anhelaba una institución que apuntalara mi preparación académica; que esta fuese de calidad, comprometida plenamente con la Obra de Dios y que brindara esa oportunidad para todos aquellos, que igualmente tienen esa visión de compromiso.
Sé que toda institución que opte por esta visión, acarreara compromisos financieros para poder subsistir, lo que redunda en tener que ofertar una educación con un costo alto en su matriculación.
A Dios gracias doy, porque en el ILC pude obtener lo que toda persona con deseos de superación y compromiso hacia la Obra de Dios puede desear.
En el ILC pude constatar por experiencia propia lo que ofrecían: Clases de Biblia, teología y ministerio de alta calidad educativa y completamente gratuitas.
Considero que el ILC cree de manera fehaciente que la preparación es baluarte para adquirir herramientas que sustentan un ministerio de éxito, y que este redundará a favor de la edificación de la Iglesia donde uno vive y demuestra su testimonio, logrando la multiplicación y madurez necesaria para así proyectarse a lugares más lejos de nuestro entorno local.
Me alegra saber que a través de esta capacitación mi vocación bi-vocacional será más efectiva reconociendo que el crecimiento será exponencial conforme a la excelente obra que se hace el ILC.
Es de reconocer que el equipamiento a través de la educación online tiene su fuerte, de allí que gracias a que el ILC utiliza esta tecnología pude vivenciar a través de la plataforma lo siguiente: Ver video-conferencias, leer textos, hacer consultas sin necesidad de la compra de ese material, realizar exámenes de rigor y obtener asesoría académica que hace que todo se dirija conjuntamente al crecimiento espiritual, teológico y socio-cultural de todo participante que desee prepararse en esta institución.
Estoy plenamente agradecido por el camino ya recorrido en el ILC, por la generosidad de hermanos y hermanas que hacen posible que este proyecto de vida sea gratuito, y que yo pueda ser parte de la solución y no del problema para este país donde actualmente sirvo con dedicación y esmero, esperando del Señor Jesucristo ¡tiempos mejores!.
¡Gracias mi Señor por el ILC!