Ningún Estudiante Tenemos Condiciones Fáciles
Los testimonios de los nuevos estudiantes nos confirman que ningún estudiante tenemos condiciones fáciles para prepararnos para el ministerio. Todos tenemos responsabilidades variadas y limitaciones. Por eso el ILC nace como un ministerio auxiliar que asiste a todo el Cuerpo de Cristo en su preparación ministerial.
Soy de Guatemala, en este país el Evangelio puede predicarse libremente, actualmente vivo en un municipio llamado Nebaj, del departamento de Quiché, aunque en este lugar existen muchas iglesias y hay libertad para hablar de Jesucristo muchos de los que asisten a las iglesias evangélicas de este lugar se hacen llamar cristianos pero sus frutos no son los de cristianos (existe mucha deshonestidad). Ademas muchas personas todavía mezclan el cristianismo con la religión maya. Aunque crecí en un hogar cristiano, fue a los siete años de edad, en un culto para niños, en donde decidí aceptar a Jesucristo como mi Salvador. Mi sueño de ministerio es que en cada oportunidad posible pueda compartir con las personas acerca de Jesucristo, y más personas puedan aceptarle como su Salvador, así como ayudarles a su crecimiento espiritual. Me puedo identificar más como dirigente de un grupo pequeño, pues me gusta desarrollar relaciones personales con las personas que me rodean, conocerlas, apoyarlas, escucharlas y cuando es posible orar por ellas. Desde muy joven Dios siempre puso en mi corazón el deseo de servirle, en los ministerios de la iglesia a la cual asistía, nunca me he sentido cómoda sin hacer nada para el servicio del Señor, pero fue cuando conocí y luego me casé con mi esposo (quien es misionero) sentí la confirmación para servir en las misiones, y es lo que hacemos actualmente.
En esta área existe demasiado alcoholismo, desintegración familiar (pues mucho padres de familia viajan a Estados Unidos para buscar trabajo, dejan a sus esposas, hijos aquí y en muchas ocasiones nunca regresan, ambos cónyuges buscan otras parejas y así las familias se van rompiendo). Además existe un alto índice de suicidios en personas de todas las edades. Puedo decir que sí, mi iglesia local ha apoyado mi Ministerio pues me han permitido servir en diferentes áreas (predicando a veces a mujeres, jóvenes, ) enseñando a futuros líderes, etc. y próximamente iniciaré junto a mi esposo a trabajar con matrimonios.
Mi familia, empezando con mi esposo juega un papel importante en mi Ministerio ya que siempre me ha apoyado, me ha animado y en muchas áreas trabajamos juntos para el Señor. Como familia nos gusta tener invitados en la casa y así a veces sin palabras podemos testificarles a otras personas del amor de Dios, de que es posible tener armonía en la familia, y en varias ocasiones nos han manifestado de cómo les gustaría tener una familia como la nuestra, es entonces cuando les decimos que es Dios reinando en nuestro hogar.
Obtener una beca en ILC, para mí sería de gran bendición ya que es mi deseo prepararme en diversas áreas, en especial en consejería para poder ayudar a las personas que se acercan a mí y me cuentan sus problemas, y así servir al Señor con una mejor preparación, con excelencia, con el conocimiento necesario para poder ayudar a las personas que lo necesiten y guiarles a Jesús. Cerca del lugar en donde vivo no existen seminarios que se enfoquen en consejería, por lo que tendría que viajar por lo menos cinco horas hacia la ciudad capital cada semana, lo que significaría dejar a mi familia, además que el costo es bastante elevado.
Pueden orar por mí para que como el apóstol Pablo decía «que pueda predicar la Palabra del Señor con denuedo». Que cada persona que se acerque a mí en busca de un consejo pueda recibir palabra y consuelo del Señor y pueda ser dirigida a Él. Así como que mi matrimonio sea fortalecido en contra de los ataques del enemigo, y mis hijos crezcan conociendo y amando al Señor, para que como familia demos honra a Jesús.
Más bien, siempre damos muestras de que somos ministros de Dios, con mucha paciencia en las tribulaciones, en las necesidades, en las angustias; 5 en los azotes, en las cárceles, en los tumultos, en los trabajos, en los desvelos, en los ayunos; 6 en la pureza, en el conocimiento, en la tolerancia, en la bondad, en el Espíritu Santo, en el amor sincero, 7 en la palabra de verdad, en el poder de Dios, con las armas justas, tanto para el ataque como para la defensa; 8 recibiendo honra y deshonra, mala fama y buena fama; se nos considera mentirosos, pero somos veraces; 9 desconocidos para unos, somos bien conocidos para otros; parecemos estar moribundos, pero seguimos con vida; se nos ve castigados, pero no muertos; 10 parecemos estar tristes, pero siempre estamos gozosos; parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos; parecemos no tener nada, pero somos dueños de todo. 2 Corintios 4-10