Agradezco la atención al compartir la cápsula de mi vida. Nací en un hogar cristiano (evangélico), desde niño mis padres me enviaban a la escuelita dominical, de adolescente también asistía, pero, en ningún momento iba porque me gustaba; sino para no ser castigado. A los once años mi padre me pidió que aceptara a Cristo en mi corazón como mi salvador, a los quince me pidió que me bautizara en agua; en ambas ocasiones sentí una paz y un cambio en mi vida por unos días.

Mi conversión verdadera fue de a poco, cuando cumplí diecinueve años, luego de retornar del cuartel, sentí un fuerte deseo de cambiar mi estilo de vida, me propuse a dejar la pornografía en la que desde niño estaba inmerso. Empecé orando y leyendo la Biblia, y cada vez que me venía el deseo de ver videos pornográficos; en ese momento clamaba y lloraba en silencio hasta que Cristo quitara esos malos deseos de mi mente, donde quiera que me viniera el deseo, ahí oraba. Después de un año Dios me liberto totalmente. Un día, en un ayuno poderoso de mi congregación (Manantial de Vida-una Congregación solo de gente indígenas) estuvo un predicador dando un sermón y luego en la ministración, puso su mano en mi cabeza y dijo: “Dios te llama a pastorear” y luego le puso la mano a mi esposa sobre su cabeza y dijo: “Tu eres profeta del Señor, serás un pilar fundamental para ésta congregación”.

Actualmente estamos en el Centro Cristiano de Guayaquil desde el 2008. Vivo en un sector rural, Monte Sinaí, una parroquia inmersa en la delincuencia y las drogas, constantemente se ven asesinatos y niños consumiendo droga por las calles, desprotegidos y sin amor; la necesidad de un avivamiento del hombre con Dios es urgente por este sector; deseo en algún momento poder arrebatar esas almas para el reino de Dios. Poseo el don de servicio, mi vocación es la consejería, me gusta escuchar a las personas, y ellas vienen a mí en busca de concejo.

Deseo prepararme para alcanzar las almas cautivas del pecado, para usar el don de sanidad, y todo lo que Dios ha destinado hacer a través de mí. Estudio en el Instituto de Líderes Cristianos porque está a mi alcance, ya que estoy desempleado por el momento. Estoy haciendo algunos cambios en mi vida cristiana como: los estudios bíblicos en familia, ahora busco la relación vertical para tener una buena relación horizontal. Invito a las personas que ayudan con sus donaciones para los recursos del Instituto, ya que gracias a sus donaciones muchas personas más en todo el mundo podemos acceder a una beca y culminar nuestros estudios del ILC.