Titulo mi testimonio como Hesed de Dios para introducirme diciendo mi nombre es Laura, tengo 35 años. Soy casada y tengo 2 hermosos hijos pequeños.

Desde siempre he estado vinculada a la Iglesia, gracias a la fe de mi abuela paterna. Ella fue quien me inculcó el amor y devoción por las cosas de Dios. Gracias a esto, tuve experiencias únicas con mi Padre Celestial, desde muy temprana edad, las mismas que han sido mi sustento más significativo en momentos de prueba y dolor a través de mi vida. Crecí en una familia disfuncional. Mi padre, ya fallecido y a quien recuerdo con mucho amor, tuvo serios problemas de adicción a las drogas, lo que nos significó una dura vida junto a él como familia.

Sin embargo, y aún en los peores momentos que puedo recordar, Dios siempre se hizo presente en medio de ellos. Si bien, tengo la conciencia de conocer de Dios desde temprana edad, puedo afirmar que a los 12 años, en un campamento juvenil de mi Iglesia, me rendí por completo al plan de Dios para mí y desde entonces le he servido con pasión y entrega.

Me regocijo siempre con el pasaje bíblico de 2 Timoteo 1:5 “Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que primero estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe sigue firme en ti.”, ya que refleja mi experiencia y herencia familiar-espiritual.

Hoy comprendo que Él me ha escogido desde antes de nacer, para conocerle, amarle y servirle en el ministerio. Desde esa decisión por el Señor a mis 12 años, he servido en la Iglesia local en cada área en la que Dios me ha permitido desarrollarme; liderazgo, jóvenes, música, evangelismo, intercesión, predicación, entre otros.

Hoy, junto con mi esposo e hijos, seguimos sirviendo al Señor con profundo amor y esmero. Siempre he tenido la necesidad de estudiar de forma más formal la Palabra de Dios, a modo de ser más efectiva en el servicio a la Iglesia, sin embargo, no he contado con los recursos financieros para poder hacerlo. No obstante, nunca me he dado por vencida de poder cumplirlo. Es así, que buscando en internet un lugar de estudio accesible para mí, encontré a ILC, que literalmente significa una respuesta de Dios a mi búsqueda incansable por prepararme mejor para la obra del Ministerio. Como cristiana, madre y esposa, sigo adelante en este supremo llamamiento!