Como Ovejas sin Pastor
Este testimonio nos recuerda a todos la inmensa necesidad espiritual que hay en el mundo, pues están como ovejas sin pastor que los cuide y los dirija al Padre. Por ello, en el ILC estamos agradecidos por ser una ayuda útil para todos aquellos que tienen amor por los perdidos y se preparan para servir en el Rebaño de Dios.
El país donde vivo se llama Ecuador, se encuentra ubicado en América del Sur. La Constitución de la República reconoce el derecho a practicar, conservar y profesar en público o privado y a difundirlas de manera individual y colectiva. Es decir, gracias al Señor, hay facilidad para ministrar su maravillosa Palabra.
Conocí al Señor Jesús por mis padres, siendo ellos la semilla del Evangelio en el barrio que vivo, por ende nací en un hogar Cristiano. Es más, puedo decir que soy bendecido por ser el primer hijo nacido cuando mis padres conocieron a Cristo. Siento ese gozo de poder ser parte de una nueva generación en la Iglesia, porque no tenemos experiencias que cuentan nuestros padres sobre la esclavitud y los vicios de éste mundo.
Mi sueño por el ministerio nació en el momento que el Espíritu Santo me motivó leer el Libro de Oswald J. Smith «Pasión por las Almas», sentí el inmenso dolor muy dentro de mi ser al reconocer que las almas están siendo condenados por no conocer a Jesús nuestro Salvador. Sentí dolor al ver la necesidad de las almas de la misma manera como Jesús lo miró: Con amor, compasión – como ovejas que no tienen Pastor. Por eso, me encanta Evangelizar, enseñar a la gente sobre el Evangelio del Reino, dar las razones de por qué Dios envió a su único Hijo Jesucristo a este mundo y en la condiciones que nos encontrábamos cuando Jesús nos llamó para ser sus discipulos.
Mi experiencia clave para poder perseguir el Ministerio es cuando de niño siempre vi a mi padre sentado en un escritorio leyendo un libro de manera constante, una vez le pregunté Papá ¿Qué es lo que tanto lees? ¿Por qué lees sólo ese libro y lo andas a llevar a todas partes?. Me respondió, «Hijo, si tú entendieras la manera en que este Libro me ha humillado y ha cambiado mi vida… Si tú honras las palabras que están escritas en éste Libro, entonces, estas palabras algún día te honrarán a ti. !Sabes hijo! ¡Esta Palabra me ha salvado la vida!» Fue cuando me motivó e interesó el escudriñar las Escrituras, y a leer muchos libros de autores cristianos entre ellos – como comento – el libro «Pasión por las Almas» me permitió entender el propósito de Dios en mi vida, de ser un instrumento para que pueda interceder y rogar por todas aquellas almas que se pierden día tras día.
El reto más grande es por medio del Espiritu Santo convencer a las personas que abandonen la idolatría. Vivo rodeado de pueblos paganos. Año tras año las calles se llenan de procesiones, caminatas con ídolos al hombro recorren inmensas distancias sacrificándose por imágenes a quienes veneran ignorando que al Señor nuestro Dios es al único que hay que adorarle y honrar. La Iglesia local siempre nos han estado apoyando con seminarios, talleres para líderes, campamentos para jóvenes, etc. Gracias al Señor, Dios ha escogido a mi padre como pastor de la iglesia local a la que asisto. Me atrevería a decir que mi madre es una mujer de oración, nunca he visto una persona con tanta fe cuando ora al Señor, es precisamente de ella de quien aprendí a orar al Señor. Mi hermano mayor tiene un gran talento con las alabanzas y en la música, siento que Dios es fiel con sus siervos. Lo digo porque de mi padre aprendí a amar y honrar la Palabra del Señor; de mi madre aprendí orar con fe y de mi hermano alabar a Dios con todo el corazón. ¡La gloria, la honra y la adoración es para el Señor!
Más que un sueño, la beca que ofrecen en el ILC es una bendición inmensa de parte de Dios para mi vida. Dios conoce mi deseo de estudiar en un Seminario y seguro estoy que ésta oportunidad es la que el Señor me está dando para entender y madurar en el conocimiento de su Palabra. Orar por mi ministerio es formar parte del mismo, porque si bien nosotros lo ejecutamos el trabajo de evangelizar, ustedes – con sus oraciones alimentan el gozo, ánimo, fuerzas, unción y poder en nuestro ministerio.
¡Al Señor sea toda la gloria!
Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, y enseñaba en las sinagogas de ellos, predicaba el evangelio del reino y sanaba toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. 36 Al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas y dispersas, como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: «Ciertamente, es mucha la mies, pero son pocos los segadores. Mateo 9:35-37