Cursos Gratuitos del ILC
Los cursos gratuitos del ILC ofrecen una variedad de asignaciones en Biblia, teología y ministerio. Cada estudiante inicia con el Curso de Conexiones de Líderes Cristianos, luego continúa con otros cursos que le capacitan progresivamente para la obra del ministerio.
Mi Nombre es Sindy Julieth Arias Diaz, A veces pasamos por circunstancias tan desagradables que nos preguntamos para que existimos o porque nos pasa esto, en mi vida a muy corta edad conocí cosas que no eran de mi edad, y ello contrajo muchas consecuencias en mi vida y pensamiento. Bueno empezare desde el comienzo, yo nací en un hogar disfuncional por decirlo así, no conocí el amor de un padre y mi mama por cuestión de cumplir con todo lo que era del hogar, no nos veíamos mucho, es decir se iba a trabajar muy de mañana y volvía por la noche, es difícil en un mundo como el de hoy vivir en esta situación, pero es muy frecuente verlo en el mundo hoy. La verdad tengo pocos recuerdos de mis primeros 5 años, desde mis 6 años de edad sufrí humillaciones por parte de compañeros de colegio, como de amigos cercanos de la familia, una de las humillaciones fue que me trataron de ladrona en la casa de una persona que se decía ser mi amiga, ella hacia las cosas y me echaba la culpa a mí, hasta el punto de recibir regaños y corrección de mi mama, es una de las cosas más dolorosas que he pasado pero en todo ello estuvo Dios pues desde muy chiqui me hablaron de él e incluso crecí en un hogar cristiano. Definitivamente pasamos por cosas que en un futuro serán de ayuda para otros, todo eso paso casi por 3 a 4 años, todo porque aquella familia me cuidaba, pero también desde muy pequeña conocía lo que era ser tocada y vista por hombres como objeto sexual, más que por lo que era, como les dije anteriormente no recuerdo muchas cosas de mi niñez pero si recuerdo muy bien las cosas que pasaron desde los 6 años en mi vida; para esa edad además de ser humillada ya tenía a una persona que se aprovechaba de mi ingenuidad y de mi soledad, esta persona era un vecino, mayor casi por 20 años o más, fue una relación que marco mi vida pues el me enseño tanto cosas malas como buenas, se preguntaran por qué. La verdad es difícil explicar como una persona que te enseño lo que era una masturbación, una eyaculación, lo que era sentirse deseada o lo que era un beso y un abrazo a tan corta edad, sin distinguir entre lo bueno y malo. Además de enseñarme todo esto el también fue un gran amigo ya que estuvo en momentos realmente difíciles y me escuchaba, que ironía de la vida. Fue una de las épocas en que más sufrí ya que esta amistad, relación, o abuso duro hasta casi mis 16 a 17 años de edad, a pesar de todos estos años en que viví todo esto, sentía gran vació en mi vida, me sentía sucia, utilizada, pero sin importar todo esto desde muy pequeña lloraba en silencio, en los momentos en que nadie pudiera verme, peleaba con Dios porque permitía que viviera todo esto; y que a pesar de que tenía personas que rodeaban mi vida con amor como lo era mi mama y mis hermanas, nunca pude llenar ese vació de padre que me hacía falta, pero sin embargo Dios siempre me dijo tu eres mi tesoro y te tengo para grandes cosas, todo estas estas circunstancias me enseñaron tantas cosas, tanto buenas como malas, es por eso que ha nacido en mi corazón una angustia por los jóvenes y niños de este mundo ya que el abuso sexual se presenta hasta en personas que son muy cercanas, todo esto me enseñó a ser más independiente como reservada, también a raíz de ello me nació una rebeldía contra Dios y con sus cosas, durante mucho tiempo. Aunque asistía a la iglesia, pero y en cierta forma creía en Dios habían áreas en mi vidas de las cuales nadie conocía solo el, llegue al punto de solo encerrarme en el estudio y dejar de lado, la búsqueda y servicio a Dios, dure varios años encerrada en mi misma, incluso hay cosas de las cuales he contado que todavía me pregunto para que sucedieron y cual es la razón, este testimonio, lo conocen muy pocas personas, entre las cuales no está mi mama. A demás de alejarme de Dios tuve un gran vicio en mi vida y fue el de la pornografía, como dije antes la relación que tuve de niña hasta casi la juventud me dejo este vicio de llenar mi soledad con cosas mas placenteras una de ellas era este vicio, luche en silencio hasta llegue al punto de querer quitarme la vida lo pensé durante varios años de mi vida, Dios en su inmenso amor me ayudo a dejarlo poco a poco aunque no lo niego es una lucha diaria como la de un drogadicto o un alcohólico que tiene la posibilidad de volver a recaer, gracias a Dios llevo como 8 años que no veo nada de este estilo, y para su gloria se que el me ha sostenido y fortalecido, como lo mencione antes pocos de mi comunidad conocen mi testimonio y vida con decirlo asi es la segunda vez que lo escribo. Como dije al principio No todo en mi vida fue malo Dios siempre coloco personas para guiar mi camino, pude hacer un tecnólogo en Diseño grafico y conocer aspectos que nunca creí que pudiera realizar como lo es el de estudiar. Dios también me bendijo con un gran esposo amoroso y muy servicial sobre todo gran chef, ya llevamos 6 años de casados en los cuales Dios ha sido mi guía y fortaleza puesto que el y yo crecimos en diferentes culturas, el es costeño y yo soy cachaca o de Bogotá donde las culturas son muy diferentes empezando no mas por así decirlo el clima, la forma de vivir en la costa la mayoría tiene lo indispensable y todos viven en una misma casa, es decir papas, hijos, nueras y nietos en una misma casa, solo por tocar por encima nuestras diferencias culturales, a pesar de ello y muchas mas diferencias Dios nos ha mantenido unidos y fielmente a el sobre todas las cosas. Mi expectativa con el poder estudiar en el Instituto de Lideres Cristianos es poder tener un conocimiento más profundo de las escrituras, poder llegar a ser capaz de encontrar mi ministerio, aunque me gusta enseñar y he servido en áreas de mi iglesia no tan vistas como son la contabilidad y el manejo audiovisual, quisiera tener mas herramientas para saber en qué área puedo seguir ayudando y motivando a otros a servir, no solo eso sino también poder tener las herramientas para dar a conocer de Cristo a cada persona con la que me relacione o conozca.