Enteramente Preparado para Toda Buena Obra
Enteramente Preparado para Toda Buena Obra
Dios sigue llamando a las filas de sus siervos a hombres y mujeres dispuestos a estar enteramente preparados para toda buena obra de servicio. La educación ministerial que ILC ofrece es gratuita y accesible para todos aquellos que desean prepararse para aceptar este hermoso llamado que Dios hace. A continuación presentamos el testimonio de nuestro compañero José Adrián, quien actualmente estudia fielmente en ILC.
¡Hola! Mi nombre es José Adrián.
Soy testigo de que Dios en Jesucristo nos salva. Hace un poco más de 8 años yo andaba en vicios y drogas. Mi residencia estaba en el Estado de Guerrero, México; pero en realidad mi hogar estaba en el lugar llamado desesperación. Todo estaba mal en mi vida. Tan mal estaba, que yo incluso maltrataba a mi familia. Yo sabía que estaba mal, pero no sabía cómo corregirme. Hasta que un día llorando me arrodillé pidiéndole a Dios que me ayudara.
Así lo hizo. Me regresé a vivir a mi ciudad natal, la Ciudad de México. Aquí empecé a asistir a una iglesia cristiana donde mis padres ya eran miembros y se congregaban. Con la ayuda de mi familia espiritual y carnal empecé a conocer más de las Escrituras y el Evangelio. Pedí perdón y me arrepentí. Maduré en mis disciplinas espirituales de oración, generosidad, fidelidad, ética, adoración y estudio de la Biblia.
Eso hizo que al paso del tiempo yo alimentara un sueño especial. Es el sueño de servir a Dios. Quiero ser un buen siervo que levanta en alto el Nombre de Cristo, así como fueron los Apóstoles del Nuevo Testamento. Quiero servir con autoridad para bendecir a mi prójimo, que mi testimonio sea irreprensible y que mi palabra sea irreprochable.
Este sueño no sólo es mío. Sé que Dios me ha llamado a eso. Pues a través de varios hermanos y pastores en la Iglesia, he recibido confirmación de que debo seguir sirviendo como obrero y líder para estar preparado cuando se me asigne la responsabilidad de ser pastor.
Digo todo esto con mucha seguridad, pero no siempre la he tenido. Ha habido momentos en los que he dudado y me he preguntado si en verdad debo seguir este camino. Pero en esos momentos busco a Dios, me dedico a estudiar más las Escrituras y pido consejo a mis compañeros de ministerio. Mediante todo eso confirmo que debo seguir, que he tomado la decisión correcta y que debo seguir esforzándome en obedecer la voluntad de Dios.
Además, no puedo negar que Dios también me ha guiado a través de señales puntuales que me indicaban el llamado que me hacía para servirle. Especialmente cuando en mi propia familia, en la casa de mi papá, empezamos un grupo familiar de estudio de la Biblia. Ese grupo creció tanto que ahora es una pequeña iglesia que se reúne en un lugar que rentamos. Esperamos pronto comprar un lugar para que sea propiedad permanente de la iglesia. Puedo decir que una de las principales características de nuestra iglesia es que somos adoradores. Todos, incluyendo niños, jóvenes, adultos y ancianos somos adoradores.
Cuando veo esta hermosa iglesia, y la gran necesidad que hay a nuestro alrededor no puedo olvidarme de que debo prepararme y capacitarme mejor. Debo aprender a discipular y a evangelizar mejor. A discipular, porque la iglesia es joven, necesita que se le pastoree correctamente para que madure y se multiplique. A evangelizar, porque la comunidad a nuestro alrededor vive en idolatría, violencia, inseguridad y vicios.
En la Ciudad de México, gracias a Dios, es posible predicar con libertad el Evangelio. Sin embargo, la ciudad tiene muchos problemas complejos que nacen de la obscuridad espiritual. Por eso, debo prepararme para cuando mi pastor me entregue la responsabilidad completa de la iglesia, yo esté enteramente preparado para toda buena obra.
He dicho todo esto para explicar por qué la BECA ILC es muy importante para mí. Ella es una respuesta de oración contestada. Voy a aprovecharla al máximo siendo un buen estudiante. Porque si quiero ser un buen siervo, debo también ser bueno en mis estudios para aprender, para vivir lo que aprendo y para enseñar lo que aprendo.
Termino este testimonio pidiéndoles su apoyo en oración para nuestra iglesia y para mi familia.
Dios les bendiga.
2 Timoteo 3:16-17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.