Formación de Líderes

Hola me llamo Santiago T. y soy de América del Sur. Tengo 43 años de edad. Vivo en Ecuador de la ciudad de Ambato, actualmente estoy pagando una condena, privado de mi libertad ya llevo aproximadamente 5 años recluido en una de las cárceles del país,

Mi vida fue totalmente desordenada ya que vengo de un hogar disfuncional, es decir solo tenía una madre que me cuidaba. No conté con mi padre, ya que el se dedico al consumo de alcohol, desde pequeño aprendí a ganarme la vida salía a vender cualquier cosa para ganarme la vida y así ayudar a mi madre en la casa. Estudié en una escuela y colegio nocturno, ya que no podía hacerlo en el día, ya que me dedicaba a trabajar, es así que a la edad de 15 años comencé a experimentar con el abuso del alcohol y que posteriormente con las drogas.

Entre a estudiar en instituto técnico y me gradué de mecánico de autos, comencé a ganarme la vida con mi trabajo, como ganaba bien comencé a inmiscuirme en el ámbito de la promiscuidad sexual, alcohol y drogas y otras cosas más que ha dado vergüenza decirlo. En fin todo la vida seguí sin rumbo, ya que en mi corazón estaba vacío, es así que a la edad de 38 años, en una noche de consumo de alcohol y drogas cometí un crimen contra otra persona, que llegue incluso casi a morir, despertándome en una sala de emergencia de un hospital, y lo que recuerdo es que estaba custodiado con un policía, esperando que reaccione y despierte para ser conducido hasta los juzgados para ser sentenciado por el delito que había perpetrado.

Es así que vine a parar en la cárcel, desbastado con mi vida quise quitarme la vida suicidándome ya que la pena que me impusieron era de 29 años de reclusión, es cuando comienzo a experimentar, esa hermosa relación con Dios y su hijo Jesucristo.

Cuando llegue a la cárcel, había personas que se reunían en el pasillo del pabellón en donde me invitaron a escuchar la palabra de Dios, yo era una persona totalmente incrédula, no creía en nada, pero ese día fue algo especial que. Él que predicaba me regalo una biblia, no se porque lo hizo pero desde ese momento comencé a leer la biblia y comencé a conocer a Dios y su obra redentora que es a través de Jesucristo su hijo, y seguía aprendiendo a tener esa misericordiosa bondad de perdonarme.

Paso el tiempo y había algo dentro de mi que me motivo a pedir perdón a Dios e invitar a Jesús a mi vida. Fue como que algo se quitó de mí, había experimentado el perdón de Dios en mi vida, paso el tiempo y siempre comencé asistir a las reuniones, en un día decidí bautizarme confesando que Jesús, es mi salvador y mi rey, desde entonces mi anhelo, es prepararme en conocerlo mas a el y motivar a mas personas que se encuentran en la cárcel conozcan de Jesús. Soy una persona escéptica con respecto a los estudios que ofertan pero ILC se centra en la formación de líderes para que la obra de nuestro Señor Jesucristo perdure y crezca, lamentablemente no cuento con recursos económicos para poder donar para que se mantenga esta obra, pero se que mi Dios suple a sus necesidades económicas.