NADIE TENGA EN POCO TU JUVENTUD.
Nací en una familia fundada en Cristo. A los 6 años, tuve el privilegio de aceptar a Cristo en mi corazón, en mi iglesia local Monte de los Olivos, lo cual marcó el comienzo de mi relación con Él. A mis 13 años ingresé al grupo de alabanza de nuestra iglesia como tecladista. Fue un honor poder utilizar mis talentos para alabar y adorar a nuestro Señor. A través de la alabanza, descubrí una forma especial de conectarme con Dios y expresar mi amor y gratitud hacia Él. A medida que crecía en edad y en fe, mi caminar con Dios no estuvo exento de pruebas y desafíos. A los 16 años, mi fe fue puesta a prueba de una manera intensa. Sin embargo, fue en esos momentos de dificultad donde experimenté el poder de Dios de una manera más profunda. Él me sostuvo, me fortaleció y me ayudó a conocerlo más íntimamente. Cuando cumplí 19 años, mi corazón fue inquietado por Dios de una manera especial. Sentí un llamado claro a ser Pastor, con el objetivo de predicar una sana doctrina y guiar a las personas hacia una relación más profunda con Él. Anhelaba ser un siervo fiel, comprometido en llevar la Palabra de Dios a aquellos que la necesitan, sin engañar a nadie ni distorsionar la verdad. Sin embargo, me encontré con un desafío: la falta de recursos económicos para financiar mi educación teológica en un instituto bíblico. Fue en ese momento de necesidad cuando Dios obró de una manera maravillosa. Quiero expresar mi profunda gratitud al ILC por brindarme la oportunidad de prepararme para servir a Dios con las herramientas necesarias. La bendición de poder estudiar en el ILC no solo me proporciona los conocimientos y habilidades necesarios para ejercer mi llamado pastoral, sino que también me permite crecer espiritualmente y profundizar mi relación con Dios. Hoy, con 20 años y con gozo en mi corazón, reconozco que Dios es fiel en todas las circunstancias. Su amor y gracia han estado presentes en cada etapa de mi vida, guiándome, fortaleciéndome y dándome las herramientas necesarias para cumplir con su llamado. Confío en que, a través de la capacitación que recibiré en el ILC, podré servir a Dios de una manera excelente y llevar su mensaje de esperanza y salvación a aquellos que lo necesitan. Mi versículo favorito es: 1 Timoteo 4:12-14