Predicar el Evangelio
Mi testimonio trata de mi grand ease de predicar el Evangelio. Es necesario que todos conozcan a Jesucristo, que sepan que él murió y resucitó. Que entiendan que su muerte y resurrección significan que Dios Padre nos ha perdonado y nos invita a pasar la eternidad en su presencia. Esto no cambia, es predicar el Evangelio en todo lugar, todo el tiempo y ante todas las personas.
Hola, mi nombre es Felipe, desde pequeño estuve asistiendo a la iglesia cristiana, mi abuela siempre a sido cristiana y ella nos inculco el temor por las cosas del Señor, crecí en ese ambiente, lectura de Biblia en casa, participar en los cultos, en la escuela dominical y a las reuniones familiares o como se les conoce «células» que se hacían en casas familiares.
Siempre tuve un contacto cercano con las cosas de Dios, todo esto duro hasta mis 13 años, pero como en la mayoría de los casos al entrar en la adolescencia empece a ser rebelde y a tomar decisiones terribles, entre en un estado de total anarquía y solo pensaba «si estoy en esta vida es para disfrutar y para satisfacer mis deseos mas profundos» y eso fue lo que busque, ya no asistí mas a la iglesia, no leí mas la Biblia, no quería participar en nada que tuviera que ver con el Señor, aunque siempre mantuve mi temor y respeto por sus cosas, esto duro mucho tiempo, viví tantas cosas «de las cuales ahora me avergüenzo»
Hoy puedo decir que fue su gran amor, misericordia y su gracia las que me llamaron. «cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase…» Gálatas 1:15-16. El tiempo pasó y es así como a los 21 años el Señor tocó a mi puerta otra vez, y esta vez fue con una prueba familiar muy dura, la cual nos saco lagrimas y nos robo el sueño, y es que «el Señor al que ama, disciplina,Y azota a todo el que recibe por hijo.»
Hechos 12:6-7, fue a través de lágrimas que entregue mi vida plenamente al Señor Jesucristo y hoy con 26 años le sirvo y puedo decir que Él es TODO PARA MI y que espero servirle hasta mi último suspiro en esta tierra, conocí del instituto de líderes cristianos por una hermana en la fe, y me ha sido muy útil, pues mi objetivo es crecer en el conocimiento de su santa Gloria y de su Santa Palabra para poder ser apto para tal obra, pues todos somos heraldos del Rey y es que «quién es suficiente», ¡GLORIA Y HONRA A DIOS Y A SU PRECIOSO HIJO JESUCRISTO!