Sirviéndole en una Iglesia Cristiana

Mi nombre es Julieta Peréz vivo en México. Un día le pregunté a Dios que era lo que quería de mi. Cuando conocí a mi esposo el ya conocía de la Palabra de Dios, yo siempre viví una vida llena de idolatría, de alcoholismo, cosas del mundo, pensaba que esto era normal. Al casarme vi a mi esposo como un «bicho raro» con sus «creencias», yo no entendía como alguien podía decir que hablaba con Dios; me intrigaba. Al cabo de 3 años de matrimonio, estábamos apunto de divorciarnos pues nuestras vidas eran totalmente ajenas una de otra.

Fue ahí en donde le pregunté a Dios ¿Qué cosa quieres de mí? Si tu me muestras yo te creeré. Y Él me mostró cosas maravillosas; Dios me mostró lo que es ser verdaderamente libre. Jamás imaginé estar sirviéndole en una iglesia cristiana. El me rescató, restauró mi matrimonio y sanó el corazón de mis hijos. Hoy en día estoy apunto de cumplir 13 años de matrimonio. Tengo 3 hijos hermosos; en uno de ellos Dios mostró Su Maravilloso poder regresándole de la muerte y dándole sanidad total. ¿Cómo no voy a seguirle? ¡Fuera de Él nada soy!

«Muéstrame la senda correcta, oh Señor; señálame el camino que debo seguir. 5 Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza» (Salmos 25:4-5 NTV).

Él entrenamiento del Instituto de Líderes Cristianos me es muy importante. Estuve buscando por mucho tiempo un lugar en donde pudiera obtener más conocimiento y formación ministerial, pero los institutos bíblicos son muy caros en mi país. Mi economía no me permitiría entrar en alguno de estos. Le oré a Dios y le pedí tanto que pusiera en mi camino un lugar en donde yo pudiera prepararme de la mejor manera, para poder servirle de forma excelente, pues el lugar donde estamos sirviendo carece de mucho conocimiento bíblico.

Mi visión es poder extender el conocimiento que me otorguen para que así la sana doctrina continúe difundiéndose. La beca de ILC me ayudará muchísimo a cumplir la visión que Dios me a otorgado. Realmente no hay ningún lugar en donde pueda encontrar capacitación de calidad gratuita. Eso es muy triste pues yo tardé mas de un año buscando un lugar donde mis condiciones económicas no fueran obstáculo para capacitarme. Doy gracias a Dios por haberlos encontrado creo firmemente en Su Plan y pido que Su Bendición los acompañé en esta labor tan importante que están haciendo.