Compartir las Buenas Nuevas de Salvación

¡Compartir las Buenas Nuevas de Salvación! Provengo de una familia católica pero desde finales de 1998 me convertí por misericordia del Señor a la fe en Jesús y decidí entregarle mi vida. Esto fue en la escuela preparatoria, que un compañero de clase me hizo la invitación para asistir a un servicio a la congregación donde se reunía. Este compañero de clase en la hora de receso sacaba un pequeño ejemplar del Nuevo Testamento y pasaba el tiempo leyendo.

En una ocasión yo me acerqué a él para preguntar que leía. Después de un rato de conversar el tema me explicó que yo necesitaba que el Señor perdonara mis pecados y que el bautismo serviría para eso y quedamos de acuerdo para acudir al servicio el próximo domingo. Toda la semana previa estuve pensando en lo que me había compartido acerca de que necesitaba el perdón de pecados en Su Nombre, ya que hasta ese entonces solo pensaba en la cristiandad como algo opcional pero no como un cambio de vida.

El dia del culto definitivamente el Señor me tocó y fue una experiencia determinante y maravillosa. Por cierto lo primero que llamó mi atención cuando mi amigo de la escuela me llevo hasta las bancas del frente, fue que quienes estaban ministrando la alabanza y adoración eran jóvenes de mi edad incluso el que tocaba la batería, era una adolescente. Estos jóvenes luego fueron amigos que a lo largo de los años han sido de gran bendición. En la actualidad cada uno de ellos está a tiempo completo en su ministerio pastoreando iglesias en diferentes partes del país.

Conforme paso el tiempo, asistí a la escuela bíblica local, participé en eventos, cursos y seminarios locales que el pastor de la congregación organizaba y fui creciendo en el conocimiento de Cristo. También he participado en el ministerio de alabanza en la iglesia y dando clases en la escuela bíblica, reuniones celulares y participando en la mayoría de las áreas de servicio en la iglesia por encargo o cuando ha habido necesidad.

«Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar» (2 Timoteo 4:2).

Sin embargo siempre he tenido la sensación de que hay algo más en lo que me falta servir. Es así que he llegado a pensar en que tal vez el Señor me esté llamando a prepararme para ser un futuro pastor o maestro. En los últimos 4 años he notado cierta falta de preparación en la iglesia en general, especialmente respecto a la sana doctrina. He tenido urgencia por ayudar a los hermanos de la iglesia; guiarlos para estar mejor preparados y compartir las buenas nuevas de salvación, para afirmar la fe en Jesús y alentarlos a perseverar con pasión en la obra.

Nunca he podido recibir formación en algún instituto que avale con preparación académica formal. Ahora más que nunca veo la necesidad de contar con ese respaldo para afirmar mucho de lo aprendido hasta hoy. Por ello deseo adquirir la formación adecuada para poder instruir a la iglesia en la Palabra de Dios y en los quehaceres propios del ministerio que solo una educación formal y estructurada puede ofrecer y así enriquecer el llamado que Dios tenga para servirle mejor.

Actualmente estoy felizmente casado y trabajo a tiempo completo, lo que dificultaría estudiar en alguna institución, sin mencionar que realmente tendría que ser en algún otro estado del país (en mi estado no las hay). Hace algunas semanas comencé a buscar alguna institución académica que tuviera clases online acerca de teología, ya que eso suele adaptarse un poco más a la preparación que algunos ministros y pastores tienen para ejercer su ministerio.

Fue así que encontré al Instituto de Líderes Cristianos y mi asombro fue mayor al conocer la visión y misión del ILC, para contribuir al servicio y preparación de quienes aspiramos a prepararnos para servir mejor en el ministerio. Estoy muy entusiasmado con el curso de Conexiones de Líderes Cristianos y con la visión del ILC. Definitivamente creo que no es casualidad que los haya conocido y quiero completar mi formación en el Instituto de Líderes Cristianos. Estoy seguro que con todo lo que hay por aprender, podré instruir mejor en la congregación y estar mas capacitado para el Señor.