Un anhelo ferviente en servir al Señor

¡Un anhelo ferviente en servir al Señor! Mi nombre es Daniel, yo me crié en una comunidad rural de la parte norte del estado de Veracruz, en México. Nací en un hogar cristiano. Desde pequeño mi madre me llevaba a la iglesia y me sentaba consigo en una de las bancas de la congregación mientras escuchaba el sermón que predicaba el pastor. Así, año tras año fui creciendo y escuchando las enseñanzas de los días de culto.

Hasta aquel momento en el que por ciertos inconvenientes, mis padres se separaron de la iglesia y dejaron de asistir. Pasaron casi 4 años para que mis padres volvieran. Fue a la edad de 12 años cuando con mis padres regresé a la iglesia, y fue en ese momento en el que tuve mi primer encuentro con Jesús.

En una oración de fe acepté a Cristo en mi corazón y decidí seguirlo y caminar con él y para Él. Desde ese momento tuve un anhelo ferviente en servir al Señor. Comencé a practicar guitarra y a aprenderme algunas alabanzas. A la edad de 15 años, cuando me bauticé, aún con más anhelo, decidí servir al Señor.

Todo aquel que me reconozca en público aquí en la tierra también lo reconoceré delante de mi Padre en el cielo. (Mateo 10:32)

Desde ese entonces me he dedicado a servir en la alabanza, tocando la guitarra y después el piano en mi congregación. Siempre anhelaba más, prepararme más, pero debido a las dificultades en mi comunidad no me era posible por diferentes situaciones.

Entonces decidí estudiar una carrera universitaria. Gracias a Dios y con ayuda de mi familia la terminé, pero había un vacío aún dentro de mí, ese anhelo de prepararme más en los caminos del Señor, aún no se apagaba. Al salir de la universidad y por la necesidad que presentaba, decidí buscar empleo.

Actualmente me encuentro trabajando en una industria, pero ese anhelo aún continúa. Una mañana motivado por esa chispa, decidí investigar institutos cristianos en línea, ya que por mi trabajo no podía asistir a un instituto bíblico de manera presencial. Además de que aunque estoy trabajando, el salario que gano lo ocupo para apoyar a mis padres, y los costos de los institutos bíblicos son considerables.

Gracias a Dios, esa mañana, encabezando la búsqueda encontré el Instituto de Líderes Cristianos, y me llamó mucho la atención la oportunidad que me daban y la accesibilidad con la que me otorgaban una beca para estudiar y cumplir con ese anhelo que siempre había estado presente. Con esta oportunidad podré apoyar a mi iglesia local en mi comunidad, y en los lugares a donde Dios me dirija. Doy gracias a Dios por esta bendición y la oportunidad de superarme en el camino de Cristo.