Ministrando en la Adoración y Alabanza

Soy costarricense, habito en un pueblo campesino y siempre he conocido de Dios pues antes era católico. Guiado por mi madre, no hice la primera comunión siendo un acto exclusivo del catolicismo. Viviendo aún en en las cosas mundanas, fui a la a la iglesia con cierto interés pero sobre todo por complacer a mi madre.

En uno de esos momentos, sentí y experimenté lo maravilloso que es adorar a Dios. Sin embargo, pasado el tiempo, seguí decayendo. Para el 2017, en unos de los momentos de adoración, algo diferente iba a acontecer. Ese día asistí como tenía acostumbrado y se hablo de la familia. Sintiéndome muy mal; me aparté y recordando todo excepto lo bueno, ​abrí a Dios mi corazón, en una conversación mental en la cual arrepintiendome en llanto me humille. Terminada la enseñanza como es de costumbre siguió la adoración. Sin pensarlo mucho, solo levantándome me fui a adorar. Entonces el Señor Jesús abrió mis ojos para verle. ¡Jesús en verdad existe, está vivo y es hermoso!

Para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:10-11)

El momento fue sobrenatural por unos segundos que parecieron eternos olvidé todo en la existencia; familia, amigos a quienes se encontraban allí y aún a la misma persona que Dios usó para hablarme, hasta me olvide de mi mismo.  En esa misma experiencia todo se me oscureció y de lo mas profundo de mi ser, sabía que era Dios, no se como explicarles, su voz me llamó hijo. Sin pensar hacerlo, a causa de su gloria, caí de rodillas gritando en gran llanto «JESÚS, HERMOSO».

Después de eso he mantenido una fuerte relación con mi amado Señor Jesús, siguiendo en sincera obediencia sus consejos y mandatos en el Espíritu Santo. Entré a la universidad guiado por mi madre, pastores y otros líderes. Desde que entré a estudiar tengo pensado ser de bendición en el área de la salud. Y obviamente complementado con todos estos cursos que me brinda el Instituto Líderes Cristianos, si así Dios lo depara.

He tenido presión por causa del tiempo, además el Reino de Dios esta necesitando más obreros para el trabajo voluntario; labores de colaboración, servicio y soy parte del liderazgo para trabajar con niños, pre-jóvenes y jóvenes, y la preparación para continuar ministrando en la adoración y alabanza. Deseo un día volver a ver a Jesús, oír a Dios, encontrarme sobrenaturalmente con Él o esperar a que regrese el día que solo Dios conoce. Muchas gracias y que Dios les siga bendiciendo grandemente.