Comencé a Leer la Biblia

Desde muy pequeña sufría de depresión y analizando mi visión noté que se me dificultaba ver de lejos. Por ello era muy tímida y callada, y por lo mismo se me dificultaba hacer amistades.

Cuando entré a la preparatoria se burlaban de mí por mi aspecto físico, y por no ser como las demás chicas que tomaban y se maquillaban. Entonces comencé a participar; iba a fiestas para ser aceptada y caí en alcoholismo.

Por lo demás, que nadie me cause más problemas, porque yo llevo en el cuerpo las cicatrices de Jesús. (Gálatas 6:17)

A los 15 años un tío trató de abusar de mí. Gracias a Dios no paso nada, pero me dejó muchas marcas en la piel. Entonces mi depresión aumentó; me cortaba la piel y tomaba licor.

Cuando entré a la universidad continué con esos vicios. Pude concluir mi universidad, pero le reclamaba mucho a Dios por que el mundo era muy injusto.

Fue en ese momento cuando mis padres fueron evangelizados y ese mismo pastor fue a nuestro domicilio a evangelizarme. Pero no creí hasta que comencé a leer la Biblia; entendí, pedí perdón y perdoné a quienes me hicieron daño. Es así como le entregué mi vida a Dios y comencé a servirle a Él. Gloria a Dios.