Encuentro Personal con mi Padre Celestial

Mi nombre es Lexandra Coromoto Villalobos Villalobos, tengo 31 años y soy la menor de cuatro hermanos. Crecí en una familia católica, pero en el 2014, hace 8 años, cuando pensé que casi ya tenía todos mis objetivos logrados, tuve un encuentro personal con mi Padre Celestial. No sé cómo viví tanto tiempo alejada de Él. Ya era Licenciada en Educación con mención en Ciencias Sociales y estaba iniciando mi posgrado en Gerencia Educativa.

Tenia dos trabajos y es ahí donde un día todo cambió. Empecé a tener fuertes dolores de cabeza, el ojo del lado derecho se colocaba pequeño y la mitad de la cara dura. Mi familia en vista de que esto me empezó a suceder con frecuencia me llevaron a muchos especialistas y todos me receteban medicamentos. Tales medicamentos ayudaban pero también empeoraban, pues presentaba alergias a algunos medicamentos.

Dios me colocó un buen médico en mi camino; él ayudó a que me hicieran un examen de la alergia y así conseguir el medicamento adecuado para controlar mi problema. Él mismo afirmó que era migraña y ésto me causaba todos los malestares. Además esos medicamentos que me suministraban me trajeron otras consecuencias; engordé hasta llegar a 80 kilos, mi cara le salió acné y con ésto llegó la depresión.

Mis hermanas mayores, Zoraida y Cristela, me llevaron a la iglesia, aunque al principio no quería ir, pero iba y escuchaba. En ese tiempo también llegó una situación familiar; hospitalizaron a una prima. La fui a ver al hospital y a pesar de la condición en la que ella se encontraba, tenia mas ganas de vivir que yo. Ella no contaba con los recursos para tratar lo que tenía, mientras yo sí tenia los recursos para mis medicamentos y mi movilidad aún funcionaba normalmente, pero mi vida la sentía vacía.

En ese momento, cuando estaba hablando con ella, su padre entra a verla, y comienza a orar y en medio de su oración decía: «Serás sana en el nombre de Jesús». Al ver yo eso, quedé sorprendida con la fe de mi tío, me hizo mover algo en mi corazón, tanto que yo solo veía la convicción de que su hija fuera sana y tenía que creer que así iba a ser.

«Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad» (Marcos 9:23-24 RVR1960).

Ese mismo día, en la noche en mi cuarto sola, empiezo a ver una película cristiana que se llama «I’m Not Ashamed» (No estoy avergonzado). Al terminar de verla me di cuenta, que estaba haciendo las cosas mal, que estaba colocando mis problemas en manos del hombre y que existía un Dios mas grande. Empecé a llorar sin parar y a pedir perdón por no haberlo buscado, desde esa noche todo en mi vida cambio.

Ya iba con mis hermanas a la iglesia con mas frecuencia, empecé a leer la Palabra de Dios y a prestar atención a las enseñanzas, y todos esos dolores y malestares de mi vida se fueron. Hoy en día estoy completamente sana, tristemente mi prima si falleció. Considero ese hecho como una muestra de la misericordia de Dios en mi vida. Pero sé que mi prima esté con Dios.

Después de tres años congregándome, decido bautizarme y en la congregación comencé a trabajar como ayudante del líder de jóvenes. Después de un tiempo me han propuesto que asuma el liderazgo juvenil de la iglesia «Dios te Ama», por eso ahorita quiero aprender más para poder hacer bien las cosas para el Señor.

«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28 RVR1960).

Me aferró a este versículo y todo eso que me pasó me ayudó a conseguir la salvación y a continuar creciendo en conocimiento para servicio del Señor. Agradeaco al Insitituto de Líderes Cristianos por darme esta oportunidad de crecimiento y entrenamiento para la obra de mi Padre Celestial.