Llamado a Impactar

Ayudarles a conocer a Jesús para que les sane y les restaure

¡Hola! Mi nombre es Erick Cerdas y este es mi testimonio. Desde pequeño siempre fui un niño que quería ser diferente. Viví una niñez normal en una familia donde me enseñaron buenos principios y valores. Al ir creciendo empecé a experimentar la pasión por la música y el género en el que me empecé a desarrollar fue en la música rock. Dios me haría un llamado a impactar a mucha gente, pero de otra manera.

Me interesé mucho por aprender a tocar un instrumento, en este caso la guitarra, aunque después aprendí a tocar la guitarra eléctrica, el bajo y la batería, pero mi fuerte era cantar. Empecé a desarrollar bandas de rock para tocar y siempre con el interés de hacer algo diferente para que me conocieran. Y así fue. Hacíamos pequeños conciertos en diferentes zonas de mi país y poco a poco fuimos creciendo.

Pero en este ambiente también iban creciendo otras cosas como el alcohol, drogas, perdición y demás. Poco a poco me fueron envolviendo hasta que cuando me di cuenta estaba perdido en este mundo; tocando música satánica, haciendo actividades ocultistas y metido en mundo de vicios y adicciones.

Una noche me pase de drogas y caí en una sobredosis. No podía entender lo que pasaba muy bien pero sabía que era posible que muriera y, lo peor, es que yo sabía cuál sería mi destino por haber preferido seguir a Satanás, ya que él puede dar fama y cosas muy deseadas pero siempre al final te lo va a cobrar.

Esa noche estuve al borde de la muerte, los doctores me reanimaron, ya que casi sufro un paro cardio respiratorio. Por un momento pude ver y sentir presencias demoniacas que llegaban a reclamar mi alma. Tuve mucho temor y en ese momento experimenté un gran arrepentimiento.

Vino a mi una palabra que había escuchado de alguien que me había hablado de Jesús: «NO HAY PACTO QUE LA SANGRE DE CRISTO NO PUEDA ROMPER». Sentí que tenía una esperanza y ahí en mi condición tan vulnerable, hablé con Jesús, le pedí que me rescatara, que me librara de ese destino que me esperaba y que si así lo hacía lo iba a seguir.

«Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas[a] para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados» (Hebreos 9:14 NTV).

Tiempo después recobré el conocimiento y me vi estable en un cuarto de hospital. Ahí supe que Dios me había escuchado, Él me había dado otra oportunidad. A partir de ahí mi vida nunca fue la misma. Gloria a Dios. Tiempo después acepte al Señor como mi Salvador personal y le entregué mi vida.

Ya conscientemente, empecé a asistir a una iglesia donde fui sanado liberado y transformado por el Espíritu Santo. Aprendí y crecí mucho en el liderazgo y en el ministerio de alabanza. Empecé a desarrollar ese líder que llevaba dentro y estuve a cargo de jóvenes a nivel local. A partir de ahí el llamado dentro de mí se hizo más y más fuerte. Durante 15 años he caminado y servido en el reino de Dios con amor y pasión.

Hace un año el Señor me llevó a unirme con un amigo pastor de Canadá para plantar una iglesia acá en mi país, ya que hay una gran necesidad de Dios en nuestra provincia. Muchos jóvenes son día a día atrapados por las drogas, el alcohol y toda clase de vicios y pandillas. Abunda la depresión, suicidios y vida pecaminosa. La necesidad de Dios es sumamente grande aquí.

Creo firmemente que Dios me ha llamado a impactar y guiar a mucha gente, a muchos jóvenes y adultos que están necesitando a Dios de una manera urgente. Ayudarles a conocer a Jesús para que les sane y les restaure. Luego de eso a enseñarles, capacitarles y enviarles a cumplir la Gran Comisión que nuestro Señor nos dejó. Ganar más almas para Él y hacer discípulos.

Al identificar esta necesidad y al sentir más fuerte aún el llamado de Dios en mi vida, empecé a actuar; a buscar alguna manera de capacitarme y entrenarme para poder aprender bien la sana doctrina y poder hacer el ministerio de una manera más efectiva y con excelencia. Ya que no cuento con los recursos económicos para poder pagar algún instituto bíblico donde pueda entrenarme en el ministerio, y siendo un líder bi-vocacional, pues tengo un trabajo, una familia y demás responsabilidades, el tema del tiempo para asistir a clases se me complica un poco.

Buscando en Internet, encontré y leí sobre el Instituto de Líderes Cristianos; sobre todo el trabajo que hacen y como se interesan en entrenar sin fines de lucro a líderes para el ministerio. Eso me impactó y mi corazón saltó de alegría y gozo al saber que en el ILC podría tener una oportunidad de cumplir mi sueño y llamado de Dios que es el Pastorado.

Significa mucho para mi poder capacitarme en el Instituto de Líderes Cristianos, porque me ayudará definitivamente a ser excelente en lo que hago, cumplir mi propósito y levantar una iglesia donde se predique a Jesús de la manera correcta y que así muchas personas puedan llegar al conocimiento de Dios y la salvación en sus vidas y las de sus familia. Dios me ha llamado a impactar vidas.

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@institutodeliderescristianos

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