Llevar la Palabra de Cristo a todo lugar

¡Llevar la Palabra de Cristo a todo lugar! Nací en Caracas Venezuela, soy el primero de 3 hermanos por parte de mamá y el cuarto hijo por parte de papá. El Padre Creador me bendijo con una esposa maravillosa y juntos hemos compartido 20 años de vida. De esta unión, tenemos dos hijos; una niña de 15 y un niño de 17.

En el área laboral, soy enfermero profesional especialista en atención pre-hospitalaria. Adicionalmente estudié educación y di clases de Biología en un instituto público. De estos 20 años de vida conyugal, hace 10 años estuvimos separados durante 3 años. Fue una época de confusión, dura y difícil.

Para entonces llegó a mis manos, por parte un misionero en una terminal de transporte, un hermoso libro azul de los Gedeones, El Nuevo Testamento: La Palabra de Nuestro Señor JesuCristo. En los momentos de soledad lo leía, y aprendía a conocer a Cristo el Hijo del Dios Viviente.

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. (Isaías 40:3-4)

Comprendí la necesidad del arrepentimiento traído por Juan el Bautista para preparar la venida del Señor. Yo debía rectificar mis errores y enderezar la senda para mi Señor. Así tomé fuerzas e inspiración, y decidí rescatar a mi familia. Busqué a mi esposa e hijos y les pedí perdón por los errores cometidos. Pasaron varios meses para volver a estar juntos mientras curábamos las heridas.

Después de 10 años a pesar de las dificultades económicas decidimos permanecer contra viento y marea. Juntos en familia, entendimos que nuestro Padre Celestial, es tan Majestuoso que de su propio Verbo nos dio la Vida, y si su voluntad es que seamos familia así debemos permanecer; juntos y en la Luz de Su Palabra.

Doy gracias a Dios y al Instituto de Líderes Cristianos por la obra que están desarrollando y sembrando en nosotros. Es muy importante para nosotros como familia, llevar la Palabra de Cristo a todo lugar; principalmente a las zonas rurales y lugares alejados; allí, donde el hombre que siembra y cultiva tiene más posibilidades de sentir a Cristo en su corazón.

Debemos proseguir en la misión encomendada, rescatándolos y convirtiéndolos con la Palabra de Dios. Un abrazo y que nuestro Señor Jesucristo nos bendiga eternamente.