Me ha gustado capacitarme en la obra del Señor
Busqué por Internet, si había algo más que pudiera ayudarme
¡Me ha gustado capacitarme en la obra del Señor! Desde mi juventud, hacia el año 2006, durante mi etapa de adolescencia, vivía solo con mi madre, mi hermanita y un tío con vicios adictivos. Todo lo que vivía con mi tío, su entorno y amigos me habían influenciado mucho. Aunque mi madre, una persona trabajadora, luchadora, pero con muy poco tiempo por cuestión de trabajo, no pudo sostener mi comportamiento en algo lindo y limpio. No la culpo.
Empecé a vivir en rebeldía, a meterme en vicios, tatuajes, armas, violencia… de todo. Un día mi madre ya no soportó más. Yo solo tenía 15 años, cuando a finales del 2006, ella me envió con mi padre, que por cierto, eran separados desde que yo nací.
Mi padre tenía otra familia, quizá no muy bien económicamente pero era un hogar cristiano. Cuando llegue ahí fue lo peor para mí, pues no quería saber nada de Dios. Quise conjugar una vida igual que antes como la que tenía con mi madre, pero no conocía a mi padre, su conducta y su temperamento. No conocía nada.
Un día mi padre me puso límites. Me dio evidencias de su integridad y me sorprendí. Me puso condiciones y acepté ir a la iglesia los domingos. Solo así podría seguir saliendo con mis amigos. Procuraba cumplir e iba todos los domingos a la iglesia aunque no entendía nada. A veces participaba borracho, sucio, no daba respeto a Dios y no me interesaba nada.
Pero un día el pastor local salió a saludarme y a darme un abrazo. Algo diferente sentí, pues desde ese día, algo capturó mi atención. Empecé a participar con más interés y con más frecuencia, hasta que un día, en culto normal, sin evangelismo el Pastor llamó e hizo pasar al frente todo al que quería recibir a Jesús en su corazón.
Ese día fue impactante para mi, sentí el llamado del Señor Jesús. Ahora todas las palabras de mi padre y las del pastor eran claras para mí. Me decidí por Dios. Desde entonces caminé con Dios, me bauticé, seguí a Cristo y empecé a conocer mucho más. Partícipé en la escuela bíblica durante 2 años, más o menos. Desde entonces, en la iglesia, me dieron la oportunidad de traer un mensaje o coordinar el culto.
El pastor era mi mentor; me ocupaba, me guiaba, me aconsejó mucho. Llegó un punto donde falté; flaquee en mi fe por cuestión de estar con una joven que no iba a la iglesia. Aunque lucharon por mí, tanto el pastor y mi padre, no pude salir de ese pozo. Me aparté de Dios aunque sentía siempre el llamado.
Corrí a otro país para no saber nada de nadie. Después de 7 meses volví a mi país. Más no buscaba aún a Dios. Un día un amigo y hermano en Cristo me encontró. Nos congregábamos juntos en la misma iglesia. Me contó que se había retirado y me invitó a ir a otra iglesia donde se congregaba. Era un verdadero amigo y compañero, trabajamos siempre juntos en la otra congregación.
Después de mucha insistencia, después de varios meses, acepté ir a su iglesia. Fui a su casa me habló, me abrazo y compartimos La Palabra de Dios. Dios me restauró de vuelta. Participé en la nueva iglesia con él. El pastor local me apreciaba mucho. También fue mi mentor y me enseñó mucho. Llegué a dirigir una pequeña radio cristiana que tenía la iglesia durante casi un año. Era una radio comunitaria a través de la cual conocí a mi actual esposa.
Ella era de otra iglesia, vinieron a visitar la nuestra, a cantar con toda su familia. Visitaban la iglesia y la radio, y pudimos conocernos. Ore a Dios, me confirmó a mi y también a ella sobre nosotros. A los 21 años de edad me case con Liz, mi única y actual esposa. Hoy llevamos 12 años de casados y Dios nos bendijo con 8 niños. Uno de ellos solo vivió 6 meses, el último nacido. Los 7 están con nosotros gracias a Dios, el mayor tiene 11 años, tengo unos mellizos preciosos estudiando y creciendo en la obra de Dios también.
Poco antes de casarnos fuí a congregarme con ellos, sentí el llamado y la necesidad de estar ahí. Pedí mi traslado y hasta el día de hoy estamos batallando en esa obra. Después de una serie de cosas que pasaron, como la muerte del pastor local que era abuelo de mi esposa, hoy hace 4 años hemos quedado como diéconos encargados local del anexo del ministerio Asamblea de Dios Cristo Redentor.
Es un ministerio muy ordenado pero no cuenta con escuela bíblica ni una muy buena situación económica. Por eso como siempre me ha gustado capacitarme en la obra del Señor, buscaba como estudiar más. Busqué por Internet, si había algo más que pudiera ayudarme. Encontré libros e institutos muy complicados para participar y costear.
Luego encontré el Instituto de Líderes Cristianos. Leí la información, los testimonios y hoy estoy siendo participe, queriendo cada día más aprovechar este gran trabajo de capacitación. No tengo recursos para donar en estos momentos pero apenas pueda alcanzar una bendición, lo daré, pues actualmente, solo yo trabajo en mi taller y mi esposa queda con los niños.
Nuestro ministerio no tiene un salario ni ayuda económica. Es por amor a la obra, aunque todos los diezmos y la ofrenda siempre están disponibles para urgencias de salud o alguna necesidad extra. Este es pues un resumen de mi vida; un resumen de mi caminar con Dios. Dios les bendiga y espero que cada día puedam ayudar a más ministros a capacitarse.
@institutodeliderescristianos
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