Trabajando en la Obra de Dios

Mi nombre es Allisson Calderón, tengo 28 años y hace 19 años atrás, a mis 9 años de edad, fui invitada a la iglesia por mi tío (quien fue un instrumento de Dios a mi vida). Comencé a asistir a las reuniones de escuela dominical para niños y después de un año de asistir a estas reuniones, fui a un culto en Semana Santa de la misma iglesia. Lo recuerdo tan claro; ese día escuché la predicación sobre el arresto y crucifixión de Cristo. Hicieron el llamado de arrepentimiento; yo alcé mi mano y decidí aceptar a Jesús en mi corazón.

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo (Romanos 10:9 RVR1960).

Desde ese momento mi vida, aún en mi infancia, comenzó a ser diferente. Nació en mi el deseo de conocerlo más y más; mi familia en ese entonces no eran creyente pero gracias a Dios y a las oraciones por mi familia, la misericordia de Dios los alcanzó a través de Cristo. En mi caminar de vida experimenté diferentes situaciones; buenas y malas pero siempre me ayudaron para bien. Tuve la oportunidad a mis 18 años de ayudar en la escuela dominical y servir a los más pequeñitos, algo que amo hacer hasta el día de hoy.

En el sector donde vivo existen muchas problemáticas vivenciales; consumo de drogas, familias disfuncionales, escaso acceso a la educación; ese es el contexto donde estamos sirviendo y trabajando en la obra de Dios. Ahora tengo la oportunidad de trabajar conjunto con la congregación hacia afuera, no convertidos. Presentamos a Cristo y Su Evangelio a la comunidad con las herramientas que son la Palabra de Dios, testimonios de vida y ayuda física a la comunidad.

Con el deseo de seguir sirviendo a Dios, estuve investigando sobre sitios web donde tuviera la oportunidad de aprender más acerca del ministerio y alimentarme de Su Palabra. Así encontré el Insitituto de Líderes Cristianos. Ha sido una bendición para mi, estudiar de manera virtual y accesible a personas que no contamos con los recursos y oportunidad de estudiar. Para mí es maravilloso, ya que puedo desempeñar el servicio en el templo, cuidar de mi esposo e hija, y estudiar en el instituto. ¡Gracias ILC por esta gran bendición!