Vidas Rendidas a Cristo

Familias saludables por su amor, personas con paz y plenitud, y sencillamente anhelé eso

¡Vidas Rendidas a Cristo! Soy un hijo adoptado por el amor. Rescatado por un gran precio; precio de sangre. Soy el mayor de seis hermanos nacidos en una familia disfuncional con múltiples problemas, económicos, emocionales y espirituales. Crecimos entre, maltrato, violencia, abandono emocional y bajo la autoridad de unos padres con muy buenas intenciones. Ellos se vaciaron en nosotros. Nos dieron todo lo que tenían, aunque no tenían mucho.

Recibimos el influjo de una mezcla de filosofías orientales, nueva era, metafísica, y con una herencia de médiums y hechicería por una parte y de una ciega religiosidad católica por otro lado. Cuando alguien se aproximaba a compartirme el evangelio lo dejaba literalmente desarmado respondiendo con sinnúmero de argumentos: En eso estaba “Bien preparado”.

Sin embargo, la muerte me pisaba los talones y una profunda tristeza y depresión amenazaban con extinguir mi vida desde mis más tempranos años. Como los argumentos no tenían poder en mí, al Señor le plació permitirme ver ejemplos de vidas rendidas a Cristo; a familias saludables por su amor, personas con paz y plenitud, y sencillamente anhelé eso.

También siento que muchas personas a quienes no puedo darles las gracias ahora, me amaron y levantaron oraciones a mi favor. El Señor los escuchó, así que una noche de rodillas en mi habitación hice una oración entregando mi vida a su verdadero dueño guiado directamente por su Santo Espíritu.

«Ustedes, los que van tras la justicia y buscan al Señor, ¡escúchenme! Miren la roca de la que fueron tallados, la cantera de la que fueron extraídos» (Isaías 51:1b NVI).

Desde el primer momento me comprometí en todo lo que podía hacer en la iglesia. Con poco tiempo ya lideraba grupos de estudio, Dios me perdone por las barbaridades que enseñé en ese tiempo. Aprendí algo de guitarra y bases en otros instrumentos para poder adorarlo con música y fui invitado a predicar tempranamente.

Poco tiempo después fui nombrado «anciano» a pesar de tener cara de niño. Pero al contrario de mostrar un crecimiento espiritual progresivo tuve caídas, levantadas y nuevas caídas durante varios periodos. También me faltó dimensionar, apreciar y entender la responsabilidad del llamado. Tal vez se me dieron las cosas muy fáciles. Por la gran misericordia de Dios nunca he dejado de ser utilizado por Él. A veces en contra de mi voluntad. Toda la gloria por cualquier cosa que haya podido hacer pertenece a Él. De eso no me cabe duda alguna.

Hoy, en otra etapa, donde mi fuerza ha empezado a menguar, verdaderamente deseo servirlo y que esta vida que me permitió tener valga la pena, le complazca, le de alegría… le honre. Anhelo poder disfrutar más de su amistad íntima. Aunque hubo la oposición inicial de parte de mi familia en contra de mi decisión por Cristo, hoy la mayoría de ellos son creyentes.

Conocí a mi esposa Cristina siendo miembros del ministerio «Covenant Players» en latinoamerica (Ministerio de Evangelismo a través del Teatro). Estamos educando en casa a nuestros tres hijos en Villeta, un pueblo en el corazón de Colombia y los formamos con el anhelo de que sean una generación que llegue más lejos y más profundo en el servicio y conocimiento de nuestro Señor y Padre.

Lideramos el ministerio «Árboles de justicia», una iniciativa propia contra la trata y el abuso sexual de niños y jóvenes y somos voluntarios activistas de la fundación «Proyecto Protégeme» (Protect me Proyect), creada con el mismo propósito. Actualmente servimos como pastores del ministerio «Saetas» (Ministerio dirigido a los niños) en nuestra congregación local «Fruto de la Luz».

El Señor puso en mi el deseo de crecer, formarme y certificarme. Fue así que me enteré del Instituto de Líderes Cristianos, con ayuda de mi esposa quien es excelente navegando y buscando oportunidades en la web. Tan pronto vi el material de presentación y su enfoque me inscribí con el deseo de poder abrir puertas hacia el servicio en mi comunidad y donde el Padre me llame. Quiero darles las gracias por esta oportunidad que me ofrecen y por su obediencia al llamado. Son una gran bendición para mi vida, familia y nación. El Señor prospere su obra en ustedes.

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@institutodeliderescristianos

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